Por
Suzuky Margarita Gómez Castillo.
El Libro de Caja de los Naturales de Petare (1803-1830) constituye una fuente primaria de valor incalculable para la reconstrucción de la transición sociopolítica del pueblo de Petare. Su análisis permite trascender la mera contabilidad para ofrecer una ventana a la vida cotidiana, las dinámicas económicas y la administración del poder local en el siglo XIX.
El
libro se compone de dos secciones principales en sus "cargos": una
vinculada directamente a la comunidad de naturales y otra que se refiere al
pueblo en general. Esta dualidad sugiere que Petare, en lo social, económico,
político y cultural, funcionaba como una comunidad integral durante el período
estudiado, con la génesis del pueblo en sus habitantes originarios.
Inicialmente,
la Caja de la Comunidad de Naturales cumplía su misión de asistir a los
indígenas en sus necesidades básicas, como curaciones, alimentos y gastos
funerarios. Se encuentran asientos que demuestran la asistencia a "…indios
en situación de máxima vulnerabilidad…", como el caso de Nicolás Fagundez,
a quien se le asistió por su "notoria pobreza". Esto confirma que, al
menos en parte, el propósito original de la Caja se concretaba.
Sin
embargo, el libro también revela gastos que no encajan directamente con el
auxilio indígena, como la reparación de la cárcel, el cepo y la cerradura.
Estos gastos, aunque en principio ajenos a la comunidad indígena, pueden
vincularse a la Real Cédula de 1691, que establecía la necesidad de destinar
fondos para la reparación de cárceles, sugiriendo que la Caja también cubría
gastos relacionados con infractores indígenas. Casos como el del "reo
Alejo Abilan", un indio tributario herido y encarcelado, cuyos gastos de
curación y manutención fueron cubiertos por la Caja, evidencian la compleja
interacción entre la administración de la comunidad y el sistema judicial
colonial.
Un
aspecto crucial que el Libro de Caja documenta es el desvío de fondos para
fines ajenos a la comunidad indígena, especialmente durante el período de la
independencia. Se registra un asiento en el que, por designación del Despacho
de Guerra, se entregó al coronel José Félix Ribas "todo el dinero
resguardado en la Caja para auxiliar a las tropas de Barlovento". Esto
incluye una entrega de "mil pesos" al Capitán Marcos Borges en julio
de 1811.1 Estas acciones, aunque apoyaban la causa independentista, violaban
los fines originales de la Caja, que era el apoyo integral al indio Mariche y
la mejora de su calidad de vida.
Además,
el libro registra gastos para la refacción de la escuela pública, el pago de
maestros (como Juan Meseron) y la compra de catecismos políticos. Si bien estos
gastos podrían considerarse beneficiosos para la comunidad en general, la
pregunta de cuántos de los 72 infantes reportados en el libro como asistentes a
la escuela eran indígenas permanece sin respuesta, sugiriendo que los fondos de
la Caja se estaban utilizando para servicios más amplios del Cantón, no
exclusivamente para los naturales.
La
transformación del Libro de Caja de un registro de la comunidad indígena a un
libro general del Cantón, con entradas por remate del derecho de matanza,
alquiler de terrenos propios en Mariche y otros impuestos municipales, es una
prueba documental de la transición sociopolítica de Petare. Esta evolución
demuestra que, al ganar la libertad, los pocos naturales que quedaban perdieron
su derecho a ser los poseedores de aquellas tierras, que comenzaron a
redistribuirse y declararse propiedad del pueblo. La "medianía" como
representación jurídica colonial, donde el arrendador pagaba un porcentaje al
dueño de la tierra "otorgada" al natural, se convirtió en un
mecanismo para que los indígenas pagaran su tributo, y finalmente, para que las
tierras pasaran a manos criollas.
En
el marco de las leyes coloniales, la repartición de tierras y aborígenes bajo
el concepto de encomienda llevó a considerar a los aborígenes como parte del
suelo, imponiendo el latifundio. Grandes extensiones de tierra se entregaron a
pocos propietarios, lo que obligó a los no beneficiados a vivir en condiciones
desfavorables, pagando tributo ya sea en productos agrícolas, animales o, como
en el caso de los Mariche a principios del siglo XIX, mediante el alquiler de
las tierras que se les habían proporcionado para su resguardo al abolirse la
encomienda.
El
régimen tributario no solo impulsó la explotación de la fuerza de trabajo
indígena, sino que también privó a una parte de la población Mariche de la
propiedad de estas tierras, permitiendo al Supremo Tribunal de la Audiencia
disponer de ellas. De esta forma, los naturales contribuyeron a romper un
derecho de autonomía sobre la tierra, produciéndose un nuevo contexto social
afín a los valores y costumbres implantados por la Corona española y sus
herederos.
La
misión de la Caja de la Comunidad de Naturales de Petare no se alcanzó
totalmente. El libro muestra que, de 87 indígenas en la matrícula inicial de
1801, se atendieron un promedio de 20 en aproximadamente 20 años, reduciéndose
a 45 para 1816.1 A pesar de esto, el Libro de Caja es una fuente valiosa que
permite reconstruir una etapa de la vida cotidiana indígena petareña, así como
una estampa de la vida económica y la administración del poder político local
en el siglo decimonónico.
Fuente:
Archivo
General de la Nación, sección Traslado, colección Caracas, T.X, No 543.
Libro de caja de la comunidad de
los naturales de Petar.
Introducción por Lorenzo Vargas Mendoza. Consejo Municipal del Municipio Sucre.
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