domingo, 11 de noviembre de 2007

POSICION ANTE LA SITUACION DE LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFIA EN CHILE


Por: Dr. Jose Armando Santiago Rivera.
Universidad de Los Andes - Venezuela

Estimado amigo Fabián y Colegas de la Red RLADGEO:


En América Latina son pocos los países donde la geografía preserva su condición de asignatura. Los cambios curriculares promovidos desde la Organización de Estados Americanos (Década de los años sesenta del siglo Veinte), al proponer el modelo educativo tecnocrático, se inició el desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje, bajo el enfoque conductista. Era apremiante mermar la efervescencia juvenil por la Revolución Cubana, imponer el modelo democrático norteamericano y continuar controlando las economías latinoamericanas. En efecto, una formación pedagógica más apegada al uso de métodos, técnicas y procedimientos, poca en formación intelectual y en valores. La intención, apoyar desde el aula escolar, una enseñanza de acento positivista para reproducir la realidad sin ingerencia política e ideológica.


Por cierto, a la muerte de la geografía, va la muerte de la historia, la filosofía y la escuela, entre o tros; es decir, una verdera mortandad. Para cuya misión es explicar la realidad, se le abstrajo a lo descriptivo, nocional, memorístico y a la muerte. El sentido fúnebre, para explicar con palabras de Lacoste es que la enseñanza de la geográfica es un verdadero peligro, pues es "una arma para la guerra", pero que el neoliberalismo le convirtió en una cortina de humo, para disfrazar la ocupación inmiscericorde de los recursos de nuestro territorio, la imposición del modelo de desarrollo centro-periferia, el modelo de sustitución de importaciones (Falso modelo de desarrollo industrial) y un modelo educativo centrado en la formación de mano de obra barata; por tanto, una educación ingenua, indiferente y descontextualizada.


Ese contexto, se ha complicado en el ámbito del mundo global. El neoliberalismo ha profundizado la intervención, debido a que el mercado se ha tornado más competitivo, los recursos han comenzado a escasear y en aquellos espacios donde se puede reacomodar para exterminar sus potencialidades, arremete con una intervención intensa y desarrolla una acción educativa elemental. Allí, el conocimiento y práctica de la enseñanza geográfica, resultan limitados a transmitir nociones y conceptos que poco sirven para entender el avasallamiento irracional a nuestro territorio, al incentivo del consumo, al incremento de nuestros niveles de pobreza crítica y, fundamentalmente, en todo esto, Chile no puede ser la excepción.


En consecuencia, debemos ver lo que ocurre en Chile, como una constante actual en el ámbito educativo latinoamericano, que nos obliga a asumir una postura más participativa y protagónica. La tendencia que se observa es que, bajo un falso esquema interdisciplinario, se pretende vincular en un ámbito "científico" y pedagógico, a la geografia, con la historia y la formación ciudadana.


En Venezuela, nuestra alternativa ha sido promover la enseñanza desde la perspectiva geohistórica. Eso supone estudiar situaciones geográficas, desde la perspectiva histórica, para revelar la forma como el capital organiza el espaciocuyo efecto formativo se traduce en participar rn procura de la busqueda, procedimiento y trasnformación de datos en conocimiento. A lo geohistorico se asocia el impulso del desarrollo endogeno pues la enseñanza de la geografía implica asumir la comunidad como objeto de estudio y gestionar opciones de cambio a los problemas detectados. Se trata entonces de un enfoque para entender críticamente la realidad geográfica y particpar en su cambio y trasnformación. En eso estamos.


Ante la situación chilena, felicito la postura de la Sociedad Chilena de Ciencias Geográficas. Es imprescindible promover la enseñanza geográfica más crítica que rompa con el modelo descriptivo que se preserva con notoria efectividad en las aulas escolares. Eso facilitará comprender nuestra situación en la realidad construida por el Nuevo Orden Económico Mundial.
Veríamos con agrado que los colegas de la Red se manifiesten exponiendo su posición sobre la situación chilena y latinoamericana sobre la enseñanza de lageografía. Finalmente, me pregunto, ¿Será que secoloca una cortina de humo para que el pueblo chileno no entienda la forma cómo se organiza y aprovecha su espacio geográfico bajo la égida de las empresas multinacionales?.
Un abrazo José Armando Santiago Rivera - Universidad de los Andes.


PD. Texto enviado al colega Fabián Araya Palacios y a los colegas de RLADGEO@gruposyahoo.com, ante la problemática que vivela enseñanza de la geografía en Chile

viernes, 10 de agosto de 2007

LA EMPRESA: FERROCARRIL CENTRAL DE VENEZUELA.Petare – Valles del Tuy, 1885-1936.(The Venezuelan Central Railway Company Limited)



Por: Suzuky Gomez Castillo
Maestra en Historia
Universidad Pedagógica Experimental Libertador.
Pedagógico de Miranda “José Manuel Siso Martínez”


A MODO DE INTRODUCCIÓN:
El presente trabajo tiene como objetivo principal estudiar la reconstrucción histórica de la empresa Ferrocarril Central de Venezuela (1885 – 1936) y su influencia tanto en Petare como en los Valles del Tuy.
Para este proyecto se han consultado diferentes repositorios y fuentes, entre las cuales se mencionan una serie documentos públicos que se corresponden en presentar la misma como una entidad jurídica que realizaba actividades económicas gracias al aporte de accionistas. Dentro de las fuentes antes mencionadas es importante destacar que las mismas revelaron el objeto de la empresa, su razón social, su domicilio fiscal, los socios fundadores, el volumen del capital, los estatutos de la sociedad, el tipo de empresa, en este caso privada pero subvencionada en un 25% por ciento de su capital inicial por el Gobierno Venezolano y finalmente sus balances presentados ante la junta de accionistas en Londres.
Otras fuentes consultadas en la investigación están representadas en bibliografías, hemerografias y publicaciones de carácter oficial. La revisión de todos estos repositorios lleva ala autora a plantearse una serie de hipótesis de trabajo entre las cuales se destaca; descubrir si la Empresa Ferrocarril Central como inversión penetró en un momento en que el Estado venezolano favorecía las inversiones directas para desarrollar una infraestructura orientada primordialmente a conectar regiones o localidades donde existía una producción agro exportadora y conectarla con los principales puestos del país.
Para el caso en estudio es importante destacar que los hitos históricos de trabajo se enmarcan en la etapa de mayor expansión ferroviaria iniciada en la segunda década del gobierno de Antonio Guzmán Blanco, época durante la cual se extendió un tendido ferroviario por gran parte del territorio nacional, llegándose a dar según lo expresa Vladimir Acosta (1989), a mas de 29 contratos, que abarcaban la construcción de 5000 kilómetros de vía férrea en el país.
Mientras que el hito de cierre se enmarca en el primer año de gobierno del General Eleazar López Contreras durante el cual se masifica lo que algunos autores consideran el declive ferroviario, ya que las carreteras y el transporte automotor conspiraron junto a los detractores del proyecto ferroviario a exterminar este importante medio de transporte sin olvidar que es en este año cuando el Estado asume el control de las Empresa ferrocarrileras.
El presente trabajo implica la oportunidad de contribuir con la reconstrucción de la historia regional mirandina así como de elaborar un recurso que permita comprender los cambios operados en esta región basándose en el uso de datos numéricos (historia cuantitativa) se ha convertido en la forma más aceptada para los estudios económicos y demográficos.
Sin embargo es importante acotar que durante la primera fase de esta investigación se encontraron fuentes primarias que proporcionan datos de gran interés y aportes valiosos. Este proyecto pretende ser parte posteriormente, de la reconstrucción histórica de las empresas ferrocarrileras de Venezuela.
Se debe señalar que durante esta fase de investigación la autora a encontrado contradicciones que desarrollan un mayor interés en el tema demostrando que el ferrocarril en estudio es una aspecto importante a investigar, ya que en su corto paso de menos de medio siglo logró ser un agente dinamizador de la estructura económico – social del área en la cual se enmarca el estudio.
Debido a lo antes expuesto, surgen una serie de interrogantes que una vez canalizadas se transformaran en objetivos específicos lo que permite construir la metodología dela investigación, entre ellas se destacan las siguientes; ¿ cuales fueron los principales contratos que se efectuaron durante la concreción del proyecto Ferrocarril Central de Venezuela entre 1856 – 1885?, ¿Cómo se constituyo la empresa Ferrocarril Central de Venezuela?, Realizar un análisis cuali-cuantitativo a los informes técnicos de la empresa con la finalidad de establecer sus principales características de funcionamiento así como un perfil adecuado de su funcionamiento real, y finalmente establecer cuales fueron las causas del declive ferroviario tratando de puntualizar si este desaparece por la incursión del parque automotor y el mejoramiento de las vías de comunicación.

CRONOLOGÍA DE LOS CONTRATOS DEL PROYECTO FERROCARRIL CENTRAL. 1856-1885.
A continuación se presenta un estudio sobre cronológico sobre el Proyecto Ferrocarril Central de Venezuela, específicamente en el tramo Petare Valles del Tuy, como parte importante de este trabajo ya que constituye los antecedentes y contribuyen a fortalecer esta investigación sobre la formación de la empresa que es realmente el eje central del proyecto que hoy se presenta.
Dentro de los estudios que se han venido realizando se tiene que es realmente en 1856, bajo la presidencia de José Tadeo Monagas, cuando por “Ley de 29 de Abril de 1856”, se autoriza al poder ejecutivo para celebrar un contrato sobre un Ferrocarril Central que realmente no se concreta motivado a la inestabilidad política y militar que se presenta en el país.
Sin embargo examinando el año 1857 se consigue que el 20 del diciembre tiene efecto en Puerto cabello la colocación de los primeros rieles del Ferrocarril Central, celebrándose el suceso con solemnidad con la asistencia de las autoridades principales de la provincia y del cantón atrayendo a un número importante de personas. Para la presente fecha se había concluido la exploración de dos ramales matrices, que conducirían a Puerto Cabello, San Felipe y valencia. El entusiasmo de los asistentes a la fiesta inaugural fue extraordinario. Se pronunciaron magníficos discursos y expresa en su texto González Guinán, Francisco que el poeta carabobeño señor Lisandro Ruedas leyó una elocuente e inspirada poesía, titulada”Los destinos de América”, que le mereció el ser coronado de flores[1].
Un nuevo contrato de ferrocarril fue celebrado el 1858 esta vez entre el Secretario de Interior y Justicia y el de Hacienda así como también son los señores Lorenzo Jove y compañía, Francisco Roto, H. Lauge, José María Pérez Marcano y José María Castillo Erazo, todos vecinos y comerciantes de Puerto Cabello.
La línea contratada se titulaba Ferrocarril Central de Venezuela y partiría de Puerto Cabello pasando por Valencia de esta ciudad pasaría a Aragua para llegar a Caracas, por un ramal y por el otro a San Felipe, provincia de Yaracuy, de ahí a Barquisimeto, Portuguesa y finalizaría en Barinas: el trabajo tendría un inicio dentro de catorce meses y terminaría en un plazo de quince años; el gobierno en esta oportunidad se comprometió dar a la compañía 500 fanegadas de tierra baldía y garantizaba por diez años el interés 7 por ciento anual sobre el capital invertido, siempre que el producto del tráfico no lo llegara a cubrir todo.
Por otra parte si este producto excedía el 12 por ciento, la compañía reintegraría al gobierno las cantidades las cantidades que se le hubiese pagado por garantía. Se concedía a la compañía la propiedad absoluta y perpetua de las líneas y se establecía otras estipulaciones para la ejecución de ellas. Este contrato lo celebró el gobierno en virtud de la autorización que se concedió por el decreto legislativo del 29 de abril del año 1856.
Para el 12 de enero de 1859, se estableció la resolución de un contrato de ferrocarril entre Caracas y Petare. Sin embargo posteriormente el 4 de julio de 1860 es derogado el decreto de 1856 y se autoriza al poder ejecutivo para que celebre nuevos contratos sobre el proyecto Ferrocarril Central.
A finales del mes julio de 1867, comenzó nuevamente los desordenes revolucionarios en los estados Aragua y Cojedes, a tiempo que se suspendían los trabajos de Ferrocarril Central; es decir se había levantado la bandera de la Guerra Federal no obstante, a la par de estos terribles acontecimientos el inspector de caminos, señor Guillermo Iribarren Mora, pedía a la junta local directiva de aquella empresa ferrocarrilera que salvasen tan cuantiosos elementos, petición inútil porque todo había de perderse en el escenario de calamidades que se había convertido la republica.
Es sólo durante la el Gobierno del Ilustre Guzmán Blanco, cuando se reactivan los proyectos, concesiones y trabajos ferrocarrileros en el país, surgen nuevos convenios para 1880 se realiza un nuevo contrato para construir el ferrocarril Central esta vez con el norteamericano W.A. Pile, este contrato es fechado el 22 de octubre de 1880.
El 27 de diciembre de 1881, es aprobado un convenio en Londres por W.A. Pile para llevar a cabo el ferrocarril Caracas – La Guaira.
En consecuencia, pasaron a la administración y construcción de esta vía férrea a dos compañías inglesas. La primera representada por el señor W.C. Quilter, la cual emitía acciones por 12 millones de bolívares con destino a la obra, y la segunda formada por los señores T. C Watson, James Perry y Cutbillson y De Lungo, se encargaba de la construcción del ferrocarril en todo el año 1882 y a conservarlo por un año más.
Para el 28 de diciembre de este mismo año el ejecutivo realiza un nuevo decreto el cual complementa el anterior, en este se dispone que los suscritores como accionistas del ferrocarril de la Guaira a Caracas debían solventar cuotas, puesto que había de practicarse la respectiva liquidación para que entraran en función las compañías inglesas.
A un 1882 no se habían iniciado los trabajos del Ferrocarril Central, cuando se interpeló a los representantes de la compañía estos prometieron iniciar a la brevedad los trabajo del Ferrocarril Central de Caracas a Santa Lucia, pera seguir a Valencia atravesando los Valles del Tuy y de Aragua, centros considerados para la fecha como los de mayor concentración de población, industria, comercio y riqueza publica así como privada.
Pero los trabajos no se iniciaron pese a los decretos emitidos el 25 de agosto de 1883 sobre construcción de un ferrocarril entre Caracas y Santa Lucia con fondo de Obras Publicas y bajo la supervisión de una junta de fomento.
El decreto de 23 febrero de 1884 recomendó el inicio inmediato de las obras del ferrocarril entre Caracas y Santa Lucia. El 24 de mayo de 1884, el Congreso de la República aprueba un contrato celebrado entre el Ministerio de Obras Publicas con el señor Reginal Pringle, para construir un ferrocarril entre Caracas pasando por Santa Lucia y que se extendiera hasta Valencia.
El año de 1885 marca realmente el inicio de una era para el proyecto Ferrocarril Central por una parte se derogan los contratos anteriores y por la otra aparecen dos nuevas leyes que marcarán la apertura de nuevos espacios. Las leyes son emitidas el 18 de abril de 1885, la primera Ley aprobada el contrato celebrado entre el ejecutivo federal con el señor Doctor Félix Francisco Quintero para la construcciones de un ferrocarril que partiendo de un punto del Ferrocarril Central de Caracas a Santa Lucia, pase por los Mariches y Guarenas, que tenga como punto de llegada Guatire.
Mientras que por, se celebraba en Londres entre el señor General Guzmán Blanco, Ministro Plenipotenciario en Londres y el señor Reginal Pringle un nuevo contrato que se basaba en la construcción de un Ferrocarril entre Caracas y Valencia pasando por los Valles del Tuy y de Aragua, motivo que daría a la formación de la Empresa Ferrocarril Central de Venezuela (The Venezuela Central Railway Company Limited), eje principal de este trabajo.

CONSTITUCIÓN DE LA EMPRESA FERROCARRIL CENTRAL DE VENEZUELA. 1885. (The Venezuela Railway Company Limited)
En estos párrafos se presenta la constitución del contrato y de la empresa como parte fundamental de las fuentes consultadas durante esta investigación.
El contrato es gestionado a través de Henry Francis Rofs, ingeniero civil y representante de la compañía The Venezuela Central Railway Company Limited, de quien era apoderado y esto lo sustentaba con un documento otorgado en Londres, fechado el diecisiete de junio de 1885. Este documento fue presentado ante el Ministro A. Arismendí, para corroborar su autenticidad.
El contrato para la construcción del ferrocarril sé venia gestionando desde el dos de febrero del año antes mencionado y sobre él articulo 7 de este convenio la compañía que pasaba a ser concesionaria, esta podía contratar la construcción del ferrocarril con todo el equipo y accesorios que consideraran necesarios, con una o mas empresas constructoras, que a juicio de la compañía les ofreciera responsabilidad, por eso la misma celebró entre los días cinco y quince de julio un convenio con los señores P.E y M Clark y compañía, contratista de ferrocarriles de Deshuuued House, en Londres.
Este se envió al país acompañado de cincuenta y cuatro folios en castellano que avalaban dicho trato ( traducción de interprete publico)[2].Ese contrato estimaba que la compañía se comprometía a pagar a los contratistas, la suma de un millón de libras esterlinas por el tramo que correspondía entre Caracas y Santa Lucia, mientras que de Santa Lucia a Valencia se les pagaría por cada kilómetro de ferrocarril construido once mil libras esterlinas y con esas sumas pagaría la compañía a los contratistas el costo de construcción del ferrocarril, del material rodante, la construcción de las estaciones, talleres, edificios así como de otras dependencias entre las cuales se puede mencionar líneas del telégrafo y otros gastos de importancia.
Otro aspecto importante de destacar es que en este acuerdo el gobierno garantizaba a la compañía el interés del 7 por ciento anual sobre el capital total que ella emitía para cubrir el costo del ferrocarril y su equipo. Sobre la sumas antes mencionadas quedaba como un acuerdo establecido que debía asegurarse a la compañía el pago del siete por ciento anual, en proporción a las secciones que se fueran entregando al tráfico, según lo establecido en el articulo tercero del contrato antes mencionado.
Y esas sumas eran la base de la ejecución del articulo décimo del contrato, según el cual el gobierno se comprometía a contribuir con la cuarta parte (es decir veinticinco por ciento), de las sumas que la compañía pagara mensualmente para la ejecución de la obra, según los contratos que para el efecto se celebrase; cuarta parte de costo de la empresa que la compañía a su tiempo reintegraría al gobierno, con acciones a la par, por una suma igual al total con que contribuyó el gobierno por el costo de construcción.

CRONOLOGÍA Y FUNCIONAMIENTO DE LA EMPRESA FERROCARRIL CENTRAL DE VENEZUELA. (1886-1929)
En 1886 se iniciaron los trabajos de la sección Caracas a Petare, obra de gran interés ya que estimulaba la continuidad de la construcción de la obra, el Gobierno Nacional entrega en los dos primeros meses del año la cantidad de Bs.200.000, que según el contrato, era la contribución del Estado venezolano, esta sección fue inaugurada por el Presidente Guzmán Blanco, el 4 de septiembre del mismo año.
Durante 1887, el señor Arturo W. Beteson representante de la compañía, solicita al gobierno que se ratificara el contrato de construcción celebrado entre la empresa y los señores T.E y M. Clark y C.A; y que se le entregue parte del costo de la obra de acuerdo a lo establecido en el contrato.
Es para 1888,cuando se entrega la sección del Encantado (22 de marzo); de aquí se continuo a la hacienda la Lira, cuyos trabajos, debido a las estrechas peñas, se retrasan por varios meses. En consideración del Periódico “La opinión Nacional”, a 22 alcanzaban el número de contratistas en las obras de construcción, las cuales por termino medio, contaban con mil quinientos trabajadores.
La empresa por su parte sostiene más o menos 400 hombres, tanto en las horas del día como en las de la noche, se trabaja en los cinco túneles que estaban en ejecución, dos de los cuales fueron terminados ese mismo año.
El trafico queda abierto para la sección El Encantado – La Lira, en enero de 1890 y un año más tarde se construyeron once kilómetros de vía hasta la envidia, sobre el kilómetro 32 y desde el Sitio, habiendo cambiado la estructura de la roca y el terreno, se prosiguió con celeridad hasta alcanzar el kilómetro 36 de la estación que se denomino de “Los Mangos” en mayo de 1991[3].
En 1892, se habían continuado los trabajos con altibajos (sin embargo la empresa enfatizaba en los trabajos del tramo de Valencia aunque la conclusión era la misma), y se presento una creciente devastadora del río Guaire que ocasiono gravísimos daños a la línea férrea. El enrielado y los puentes fueron arrastrados a sus aguas. Este condujo a que la empresa se parara por diez años declarándose en quiebra, el trafico se redujo a la sección Caracas- Petare.[4]
Durante 1896, se celebró un contrato “and referendun”, en Londres. Entre el comisionado del gobierno de Venezuela, Claudio Bruzual Sierra, representante del Ministerio de Obras Publicas (M.O.P) y los señores James Leslie Vanklin y Alfred Concler, representante de la compañía “The Construtión and Investimet Company Limited”; concesionaria de todos los derechos y obligaciones de la compañía Ferrocarril Central de Venezuela, por lo cual quedan canceladas las obligaciones derechos mutuamente contraídos entre el Gobierno Nacional y la compañía Ferrocarril Central de Venezuela. Estipulándose en los artículos 3,4,5,6,8,10 de su contrato 2 de febrero de 1885[5].
Igualmente la compañía cesionaria a “The Construcción and Investiment Company Limited”, quienes se comprometían a continuar y concluir la línea hasta Santa Lucia.
La compañía Ferrocarril Central de Venezuela posterior a muchos litigios entre los cuales cabe mencionar “el empréstito venezolano de 1896 de 5% de interés anual y 1 por ciento de amortización y arreglo con las compañías de ferrocarriles sobre pago y rescate de la garantía del 7%”[6] se comprometió a inaugurar la estación de Santa Lucia, a 51,50 kilómetros de Caracas en el transcurso de 1908 aunque realmente lo hizo en 1910, en el documento se expresa lo siguiente:

Para terminar el arreglo con la compañía del Ferrocarril Central de Venezuela, con quien trata actualmente el Gobierno Nacional, no en el sentido de pago y rescate de la garantía, que no debe tomarse en cuenta por la imposibilidad en que ha estado la empresa de cumplir sus contratos, sino en el continuar la línea, primeramente hasta Santa Lucia y luego hasta Cúa. Siento que no haya sido posible celebrar aún con esta compañía, entre otras la falta de una representación de ella en Caracas con facultades suficientes para tal arreglo, ha demorado la solución del negociado[7].
La administración del ferrocarril demoró en la entrega de los trabajos debido a que no poseía las estaciones, a solicitud de los vecinos ofreció el servicio de Boca de Siquire a Santa Lucia. Sin embargo, el servicio fue suspendido durante un tiempo por los accidentes que a menudo se presentaban en su tráfico.
Los rendimientos obtenidos fueron muy satisfactorios; no obstante en 1919, estos logros se vieron interrumpidos “debido al aumento de salarios como consecuencia de una huelga ocurrida en su personal obrero y aunado a esto se produjeron una serie de derrumbes a lo largo de la vía férrea producidas por la gran creciente del río Guaire”[8].
A mediados de 1928, la línea férrea que desde Santa Lucia había continuado a San Francisco de Yare, llega a Ocumare del Tuy, Capital del Distrito Lander, para completar una extensión definitiva de 83,20 kilómetros.
Después de la crisis económica mundial de 1929, el ferrocarril comenzó a arrojar perdidas, situación que se agrava con el incremento del trafico automotor en Venezuela esta critica situación continuara a pesar de los esfuerzos de su administrador Alberto Cherry; agravándose al punto de no poder cancelar el sueldo de los pocos trabajadores, ni honrar compromisos adquiridos por la empresa, el 20 de noviembre de 1936 el Ejecutivo Federal recibió el Ferrocarril Central de Venezuela, como propiedad de la nación y este quedo adscrito al Ministerio de Obras Publicas.[9]

Por Decreto de 9 de febrero de 1943, el presidente Isaías Medina; prohíbe:
... a las compañías o empresas ferrocarrileras, nacionales o extranjeras domiciliadas en el país, enajenar, ceder o traspasar las concesiones ferrocarrileras o parte de ellas ó algunos de sus bienes inmuebles o sus instalaciones, de cualquier naturaleza, que posean en el territorio de la republica, así como celebrar respecto de ellas cualquier negociación que implique desmembración de la propiedad, sin haber obtenido previamente autorización expresa del Ejecutivo Federal, la cual se solicitará, en cada paso por órgano del Ministerio de Obras Publicas[10].

En 1946 por iniciativa de los ministerio de Fomento, Obras Públicas, Defensa y Comunicaciones, fue creado por decreto el Instituto Autónomo Administración de Ferrocarriles del Estado (IAAFE), encargado de la reorganización y rehabilitación de las vías férreas adquiridas por la nación.

CONSIDERACIONES FINALES:
- Nombre de la empresa y objeto de la concesión en Ferrocarril Central de Venezuela, la misma consistía en construir una línea ferroviaria que iba de Caracas a Santa Lucia de Santa Lucia a Valencia (con una opción hasta Cúa).
La compañía del Ferrocarril Central traspaso a la empresa del Gran Ferrocarril de Venezuela la parte de su concesión que se refiere a la línea que deba construir de Valencia a San Mateo según consta en la Gaceta Oficial, N° 5.3000 de fecha 11 de junio de 1891.
- Las prerrogativas y franquicias nclusión de la línea; pero expirados estos 99 años, entraría el gobierno en posesión y propiedad absoluta de la línea y de todas sus dependencias.
- El Gobierno se comprometía a ceder, sin gravamen alguno, los terrenos de propiedad nacional que sean necesarios para la construcción y necesidades de la línea, de conformidad con los requisitos legales; y así mismo ceder a título perpetuo de propiedad absoluta a beneficio del uno de los de la línea de los términos de propiedad nacional. Estos 500 metros, si no los hay baldíos en la línea ferrocarril se le permitía a los empresarios escoger los metros equivalentes en cualquiera de los otros terrenos baldíos de la república.
- Se le concedía a la empresa el derecho de cortar libremente las maderas que fueren necesarios para la construcción de la línea.
- Sé hacia exención de todo derecho de aduana o de otra clase para los materiales o artículos en general que se importarán por cuenta del concesionario, para emplearlos o consumirlos en la construcción, conservación y trabajos ó servicios de la línea.
- Sé hacia exención de toda contribución nacional o municipal durante la concesión. Se tenia derecho a ser preferido en igualdad de condiciones al momento de solicitar nuevas construcciones de ramales o prolongaciones de la línea.
- La fecha tope de construcción de la línea en sus diferente tramos expiro y el contrato debió ser reconducido en varias ocasiones entre las cuales cabe menciona la de 1896 hecha por Joaquín Crespo y la rectificación de contrato que se hizo desde Londres en 1910.
- Existía en la conformación del capital inicial de la Empresa Ferrocarril Central una contribución de un 25 por ciento del total de la inversión el cual resulto en un 1000000 de libras hasta Santa Lucia.
-La empresa era privada pero considerada subvencionada del Gobierno con fondos perdidos esto es sin la entrega correspondiente de bonos o acciones.
- Se le otorgaba a la empresa derecho de propiedad de las minas que descubrieran las empresas en el trayecto de los ferrocarriles, así como el permiso para construir líneas telegráficas o telefónicas para el servicio de la empresa.
- Los empleados de las empresas ferrocarrileras estaban exentos del servicio militar.
Se le garantizaba el derecho a utilizar las caídas de agua de los ríos de propiedad nacional para producción de potencia motriz

DOCUMENTOS POR TITULO:

“Carta al Ministro de Obras Publicas del ingeniero Henry Francis Rofs, en representación The Central Railway Company Limited”, Archivo del General Antonio Guzmán Blanco, B.N, Caja 69 – Folios 32 – 33.

“Contrato para construir un ferrocarril de caracas a Santa Lucia, Los Mariches- Guarenas”, 1885, A.H.A.N, Ferrocarriles, Tomo 455, Folios 13-35, N° 3.

“Contrato para la construcción de un ferrocarril entre Valencia y Caracas”, 1885, A.H.A.N, Ferrocarriles, Tomo 455, Folios 112-131, N° 10.

“Se aprueba un contrato para la construcción de un ferrocarril de Caracas a Santa Lucia, Los Mariches - Guarenas”, 1885, A.H.A.N, Ferrocarriles, Tomo 455, Folios 222 – 233, N° 20.

”Decreto legislativo que aprueba el contrato celebrado por el señor C.C.Fitzgerald para construir un ferrocarril Federal Delta Amacuro del Distrito Roscio en el Territorio Federal Yuruary”, 1885, A.H.A.N, Ferrocarriles, Tomo 455, Folios 103-107, N° 13.

“Decreto legislativo que aprueba el contrato celebrado por el señor C.C Fitzgerald, para construir un ferrocarril en el antiguo estado Guayana”, 1885, A.H.A.N, Ferrocarriles, Tomo 455, Folios 108- 112, N°14.

“Ley aprobatoria del contrato ad- referéndum celebrado por el Ilustre Americano Antonio Guzmán Blanco con el señor Hemry R Cassel, representante de The Cassel Gold Extrating Company Limited Glasgow, para explotar en la republica el procedimiento denominado Cassal Process”, 1885, A.H.A.N, Ferrocarriles, Tomo 457, Folios 259-263, N° 33.

“Proyecto del Ferrocarril de Maracaibo a Cojoro 1885. Ministerio de Obras Publicas, cartas del Sr. Roncayolo sobre el Puerto de Cojoro, escrita en Paris, Mayo 2 de 1885”, 1885, B.N, Ferrocarriles, Caja 67.

“Proyecto del ferrocarril del Brazo a la Fría 1886-1888. Primera ampliación del contrato del ferrocarril del Brazo a la Fría, con el N° 40 Londres Mayo 19 de 1886”, 1886, B.N, Ferrocarriles, N° 67.

“Proyecto Ferrocarriles de Caracas a la Colonia Guzmán Blanco. Contenido; La concepción y el poder para el Genial Guzmán Blanco 1884”, 1884, B.N, Ferrocarriles, Caja N° 67.

“Informe del Ingeniero Jesús Muñoz Tebar sobre un ramal a Guarenas del Ferrocarril a Santa Lucia 1885.Documento dirigido al General Antonio Guzmán, fechado en Niza, enero 27 de 1886”, 1886, B.N, Ferrocarriles, caja N° 67.
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HEMEROGRAFIAS:

El Economista. (Diciembre 3, 1889).Dinamita al gobierno y a la prensa.

EL Economista. (Julio 9, 1889). Las empresas subvencionadas.

El Economista.(Enero 11,1890). El Ferrocarril Central II.

El Economista. (Enero 23, 1890). Ferrocarril Central, (comunicados).

El Economista. (Enero 25, 1890). Ferrocarril Central, (comunicados II).

El Economista. (Enero 28, 1890). Ferrocarril Central. (Incluyendo el ferrocarril ingles y alemán).

El Economista. (Enero 30, 1890). Ferrocarril Central IV.

El Economista, (Octubre, 1890). Los ferrocarriles y la inmigración.

El Tren que se negó a morir. (Octubre, 1995). El Universal.

Krieg, E (Septiembre, 1990). Venezuela tuvo trenes primero que Alemania. El Nacional.

La democracia no cree en ferrocarril. (Octubre, 1995). El Universal.

Pérez, Aura.(Abril 22,1961). El General López Contreras no cumplió con el plan de Ferrocarriles. En: Revista Elite.

Pinedo Nava, Ángel. (Octubre 15,1995). Memorias de un viajero. Reflexión. El Nacional.

________________ (Octubre 15,1995). Turismo de Aventura. El Nacional.

________________(Octubre 15,1995). El Tren que se negó a morir. La democracia no cree en ferrocarril. El Nacional.

Rosales, Q. (Noviembre, 1990). Ferrocarriles y Ferrocarriles. El Nacional.

________ (Mayo,, 1990). Rutas del Ferrocarril Central. El Nacional.

La Voz del Distrito Sucre, Petare, 1896, N° 11

PUBLICACIONES OFICIALES

Republica de Venezuela,“Empréstito de 1886 de 5 % de interés anual y 18% de amortización y arreglo con las compañías de ferrocarriles sobre pago y rescate de la garantía del 7 %”, Gaceta Oficial, N° 6691, Año 1896, caracas; Imprenta Nacional.

República de Venezuela, Contrato del Ferrocarril Central, Gaceta Oficial, N° 3504, Año 1885.

Cámara de Comercio de Caracas, Índice alfabético del Boletín Mensual y pequeña selección de artículos, colaboraciones y estudios publicados. 1895-1965, Caracas Editorial Sucre.

Ministerio de Obras Publicas, “El ferrocarril Central de Venezuela: 1885 firmo el contrato garantizándole al gobierno nacional el 7% anual y una contribución del 25% del capital invertido en la obra, cambios y obligaciones se cancelaron en 1888”, Memoria, pp 323-329.

Ministerio de Obras Publicas, (1880). Memoria, pp 439.

Ministerio de Obras Públicas, Memoria, 1938, tomo III, pp. 473-76.

Ministerio de Obras Públicas, Memoria, 1920, tomo I, pp.176.

Ministerio de Obras Públicas, Memoria, 1923, tomo I, pp. 473-76.

Ministerio de Fomento,(1874). Memoria, pp 242.

[1]González Guinan, Francisco. Historia Contemporánea de Venezuela, Tomo 6, Pág. 107.
[2]“Carta al Ministro de Obras Publicas del ingeniero Henry Francis Rofs, en representación The Central Railway Company Limited”, Archivo del General Antonio Guzmán Blanco, B.N, Caja 69 – Folios 32 – 33.

[3] Revista del Ministerio de Obras Publicas, 1911, N° 10, Pág. 496
[4] A.H.A.N, Memoria del Ministerio de Obras Públicas, 1920, tomo I.
[5] La Voz del Distrito Sucre, Petare, 1896.N° 11.
[6] Joaquín Crespo, Empréstito Venezolano de 1896, imprenta El Cojo.
[7] IBIDE
[8] A.H.A.N. Memoria del Ministerio de Obras Públicas, 1920, Tomo I.
[9] A.H.A.N. Memoria del Ministerio de Obras Publicas, 1938, Tomo III.
[10] Cámara de Comercio de Caracas, Decreto sobre restricciones a las empresas ferrocarrileras. En; Boletín N° 351, pág 8720. (Gaceta Oficial N° 21023, de 9 de febrero de 1943).

[11] Las cifras fueron aportadas por Los Ferrocarriles de Venezuela, Oct –1920, Pág. 854.

viernes, 3 de agosto de 2007

El Albúm Fotográfico de Familia y la Construcción de Memorias Individuales y Colectivas...




EL ÁLBUM DE FAMILIA Y LA CONSTRUCCIÓN DE MEMORIAS INDIVIDUALES Y COLECTIVAS DESDE LA PROPUESTA PEDAGÓGICA DE APRENDIZAJE DE LAS HISTORIAS MÚLTIPLES, A TRAVÉS DE LA ORALIDAD Y LA ANTROPOLOGÍA VISUAL -CASO PETARE, CARACAS.


Autor: Dr. Diógenes Molina Castro

1.- Presentación

Hoy, una de las más abundantes discusiones en los escenarios académicos, centros de reflexión compartida, o comunidades discursivas, es la producción de sentidos historiográficos ante las nuevas y no tan nuevas reflexiones en torno a “la acción comunicativa”, no solo a la luz del quehacer filosófico sino también, ante el impacto de las mediaciones producidas por la revolución informática y audiovisual, en las formas que constituyen ese todo, que podríamos definir como los modos de producción de la comunicabilidad El sema y las representaciones sensitivas a través de la imagen, la oralidad, la comunicación y la educación son parte de los elementos sociales a través de los cuales se genera la cultura. Estas prácticas colectivas e individuales generan formas discursivas que no pueden ser descuidadas por la enseñanza de la ciencia social y, en especial, de la historia. Los productos de mediación diversa como parte de las prácticas culturales expresan formas de creación, innovación y circulación de sentidos (vale decir, de significados y significaciones) incidiendo en todos los escenarios de las prácticas sociales en cualquier locación témporo–espacial. Tales productos, se han expresado en el tiempo a través de lenguajes múltiples que demandan competencias para su comprensión y posible utilización historiográfica. En este sentido, pensamos que el perfil más común del profesor actual en Historia carece de las destrezas mínimas para su acercamiento crítico a un epifenómeno sociocultural como lo es el discurso plástico y audiovisual a través de la fotografía. Tal carencia impide ampliar la producción de sentido histórico y profundizar lo pensado y descubierto hoy, gracias a la presencia de la imagen fotográfica y su preservación en archivos públicos y particulares. Ante esta realidad, este seminario se propuso ofrecer algunas herramientas que permitieran un acercamiento al álbum de familia, mediante la identificación y estudio de algunos de sus componentes claves.
Así se esperó que los participantes desarrollaran competencias que les permitieran distinguir algunos de los componentes del lenguaje visual, intentando definir sus estructuras narrativas, sus formas de expresión y su posible utilidad historiográfica, patrimonial y pedagógica.

2.- Objetivo.
El objetivo de esta experiencia es confrontar y evaluar la potencialidades de las historias individuales e historias de familias a través de la reconstrucción compartida y oralizada con grupos de pobladores de los sectores más empobrecidos de la ciudad de Caracas, conversando en torno a las historias y épicas de su propia familia y, junto con ello, reconstruir creativamente una memoria del origen y consolidación de barrios, sectores y grupos sociales formados desde las migraciones rurales y foráneas y que hoy habitan a Petare, del cual se dice es la “favela” más poblada de América Latina, con 1.5 millones de personas.
En ese escenario, la fotografía, y por extensión la fotografía familiar, forma junto con otros tipos de lenguaje un sistema de representación del mundo que nos rodea.[1] Un sistema de representaciones y prácticas culturales que circulan en la comunidad familiar moldeando discursos y organizando significados a los objetos y prácticas de la vida cotidiana. En otras palabras, el estudio de los repositorios fotográficos nos permite adquirir nuevas herramientas de corte historiográfico, observando los significados que regulan muchas prácticas sociales; confirmando reglas, normas, convenciones vitales y registrando el desarrollo de nuestro hacer social y ceremonial.[2] Modelando, además, el ritualismo de muchas de nuestras conductas. Proporcionándonos sentido de pertenencia e identidad. No puede en consecuencia, dejar de considerarse la presencia de los fotográfico y de las actitudes rituales que lo entorna; sobretodo, en su última evolución que va desde la fotografía de negativo y papel a la de soporte sólido del cine y la fotografía digital que hoy se expande aún hasta los teléfonos celulares.
La fotografía familiar padece de la necesidad de un mediador referente para ser leída en sentido histórico por ser el caso de la fotografía una expresión silenciosa aunque jamás muda. Hay una razón más para resaltar la necesidad de prestar atención a la fotografía como circulación de prácticas culturales de historia oral: la perspectiva de ser un medio visual altamente tecnológico pero de consumo masivo. En el caso de la construcción de posibles -aunque aún incipientes- lecturas historiográficas, existe la ingencia de la mediación, de un lector mediador desde la sola mirada hacia un acto oral comunicativo entre distintas generaciones históricas que coexisten y conviven, pero que a fin de cuenta miran las imágenes desde posiciones distintas; en una, la perspectiva del que escucha la posible historia de la imagen; en la otra, la de quien reconstruye su memoria cotidiana desde el día que estuvo allí para ser retratado;[3] una tercera podría ser la que recuerda el recuerdo de lo contado por el familiar fallecido que ya no comparte el acto comunicativo, sino desde el protagonismo de la imagen retenida; en eso que R. Barthes llamó el certificado de presencia aún desde la ausencia.[4]
Fortalecer desde un enfoque disciplinar el mirar el álbum de familia hacia un incipiente, aunque no desestimable “leer historia en las imágenes del álbum familiar” podría producir posibles alfabetizaciones de lo visual[5] contribuyendo a generar una actitud imbricativa y de inserción entre los “lectores” de imágenes familiares y el proceso histórico contextual de su localidad, región o país. Con todo ello, empezaríamos a descubrir y descubrirnos en un protagonismo colectivo de las historias múltiples o historias complejas en relación dialéctica con la historia tradicional o historia única. Protagonizada ésta última por los héroes y donde al quehacer cotidiano y al poblador se les asigna el adjetivo de “común”, desdibujándolo y despojándolo como ciudadano de su ser protagonista consciente que valora sus propias, particulares y múltiples historias; convirtiéndolos en espectadores y, en última instancia, en acompañantes o masas de la gesta de los próceres históricos, que a la postre serían los padres heroicos, protagonistas y propietarios de las historias nacionales como historias únicas.[6]

3. Metodología
En cuanto a la visión metodológica, no pretende esta experiencia vincularse taxativamente a los grandes temas y supra-discursos explicativos de las historiografía tradicional del país. Quiere sí, sin mayores pretensiones, desarrollar experiencias de aprendizajes historiográficos, orientados desde el aporte de la llamada antropología visual -siempre recordando que no somos antropólogos[7]- y desde la pertinencia de una visión émica, en el sentido de las potencialidades de los fenómenos visuales como registros realizados o protagonizados, como diría Roger Odín, y producidos por aquéllos mismos que los leen.[8] Es, en fin, el acercamiento a una mirada pedagógico–historiográfica que a diferencia de la clase de historia tradicional, pretende otorgar gran valor al mundo de lo simbólico, a los mecanismos de circulación cultural a través de los cuales se generan los significados con los que valoramos el pasado y su contexto patrimonial. En tal escenario, el álbum familiar aún con su condición “estereotipada”, [9] registra témporo–espacialmente la historia de familia y sus rituales generacionales, repetidos en sus lugares, migraciones, rituales, protocolos, cambios religiosos, ceremoniales sociales o económicos y sus contextos históricos, políticos y sociales, afectados y afectando los grandes sucesos, conmociones, procesos y cambios; en fin, articulados a lo que en este curso tratamos de aprender: la observación de sí mismo como protagonista

4. Marco referencial.
Respecto a los recursos teóricos del curso, por ser éste de naturaleza experimental y de finales del pregrado y de postgrado, los referentes autores se componen de una serie de fragmentos de lectura en las que podríamos enlistar a las siguientes firmas básicas:
a) Para la historia Max Ferrau, Manuel A. Paranagua; Jacques Le Gof; Fernand Braudel; Michael Sorlin; Walter Benjamín, Casparros Lera, Peter Bourque; Henry Kosinsky; Enmanuel L. Ladourie…
b) En Ciencias Sociales y de la Comunicación: Pierre Bourdieau; Roger Odín; Jean Luc Goudard; Susan Sontag; Roland Barthes; Edgard Morín, Marx Auge; Collier Malcon y John Collier; Anthony Guiddens; Jurgen Habermas; Camila Bejarano; Christian Metz, Todorov; Margareth Mead; Sara Ping, entre otros.
c) En cuanto a educación, nos restringimos a algunos fragmentos también, todos ellos referidos al relacionamiento fotografía-medios-pedagogía: Mario Kaplum; Paulo Freire; Alberto Verón; Ignacio Aguaderd Gómez; Ítala Scotto; Rodolfo Izaguirre; Marc Augé; Lucy Lazotti Fontana; María C. Capriles; Albert Sickek, entre otros.
Es un listado largo, pero básico, aunque es pertinente reconocer la condición apenas referencial que posee la fotografía familiar como tema específico en muchos de estos autores. Creemos que Collier M., Bourdeau P., Odín R., Barthes R. y Susan Sontag se interesaron particularmente por la relación del álbum de familia como elemento de la construcción de ese untillaje al que los historiadores solemos llamar “imaginarios sociales”.

5.- Justificación
El Estudio historiográfico del álbum familiar se justifica, no sólo porque muestra contextos y personajes, sino también, kinesis, proximias, costumbres, rituales y modas,[10] de eso que Bruner[11] define como “realidad mental y mundo posible”, lo cual nos traslada a lecturas contextuadas del quehacer humano desde la cotidianidad de esa “verdad fragmentada” o “migajas” que nos transmiten las fotografías familiares y cuya fragmentación se hace más desoladora cuando, debido a la ruptura espacial del tejido familiar (migraciones forzadas), o a la ruptura definitiva (la muerte), la fotografía de la familia carece del mediador intérprete que sea capaz de contarnos a quiénes, dónde, y qué celebra la imagen por años atesorada a través de los actos complejos y pocos observados de las historias orales y las valoraciones del patrimonio histórico familiar, lo cual es el objeto central de nuestro proyecto.


6. En esa perspectiva, la lectura historiográfica del álbum de familia (gracias a su capacidad de representar épocas, lugares, momentos, rituales…) podría ser considerado, al menos inicialmente justificable para una pedagogía innovadora; mostrándonos migajas ciertamente, del complejo y múltiple mundo de las formas de auto-representación del pasado en la mirada de los miembros de la propia familia, en diálogo interno y/o vecinal en la escuela o en cualquiera otra práctica educativa. Desde la condición de profesores se hace pertinente mirar entonces con una posición crítica las posibles “acciones dietéticas” en algunas historias inventadas; o las construcciones de “míticas y épicas” familiares a partir de la nada. Esta nada, es producida por el silencio que se origina en el abandono, en la culpa, en la migración compulsiva o en la vergüenza social o étnica.
Es necesario, ser tolerante y tener en cuenta las peculiaridades del lenguaje fotográfico y las peculiaridades de los propios protagonistas y participantes en la experiencia que nos ocupa.
En el caso nuestro, Petare, la intolerancia y la violencia se expresan de diversas formas. Una de las más recientes es la violencia audiovisual; violencia real grabada en películas caseras de gran impacto y éxito comercial, como “Zapata 666” I y II; “Azote de barrio en Petare” I y II; “Buhoneros de Petare” I y II y las de pornografía dura infantil, grabada en escuelas y liceos donde trabajan algunos de nuestros participantes, circulando todos estos productos en el comercio informal, donde por cierto las películas son vendidas por los propios protagonistas y cineastas. Y los compradores, en su mayoría vecinos de Petare (no olvidemos 1.5 millones), las adquieren con la curiosidad y el comentario del ver qué lugares o a quiénes conocen, o cuáles de los personajes de los videos más violentos aún permanecen con vida; fenómeno reciente al que también hemos dedicado una línea de investigación particular en nuestras instituciones. Donde creemos ver el hallazgo de nuevas prácticas culturales vinculantes a la construcción de la memoria colectiva por parte de los usuarios y consumidores de estos productos validados por la práctica social que implica y eque circulan en el seno de las actividades sociales de familias y barrios de Petare y otras localidades del area metropolitana de Caracas, su extensión puede evidenciarse en el protagonismo de uno de los sitios de recreación más famosos y visitados por los usuarios de estos productos, y que sirve de locación para varias de las escenas de una de las mencionadas películas, “Azote de Barrio en Petare”, nos referimos al Club “Los Picapiedras”, el cual se encuentra localizado en Los Valles del Tuy, específicamente en Ocumare del Tuy, bastante lejos de Petare.


7.- Recolección de datos.
A continuación, presentamos algunos de los artefactos pedagógicos que hemos venido construyendo, a partir del andamiaje teórico planteado con anterioridad.

8. Conclusiones preliminares.
Finalmente, como profesores que si somos, a la hora de evaluar y calificar, es importante destacar que aún no hay reglas nitidas en lo que respecta a un posible enfoque histórico–visual y de intercambios orales; por lo que, además de los posibles contenidos, el manejo de los intrumentos de recolección y los artefactos pedagógicos propuestos y los posibles nuevos instrumentos creados y en constante evolución y perfeccionamiento, ponderamos el desarrollo y alfabetización en la lectura de textos visuales por parte de los participantes y de nosotros mismos, además, del mejoramiento de las competencias para ser capaces de aplicar técnicas de triangulación articulando los contextos familiar, local y nacional con sus historias familiares. No hemos abordado por razones de norma de presentación las reflexiones y propuestas materializadas para cada parte y aplicación de los artefactos de análisis visual presentados en esta oportunidad, pero hemos trabajado intensamente en la caracterización , de cada aspecto señalado tanto por nosotros como por los autores de quienes hemos tomado las ideas para la construcción o utilización de tales instrumentos.
Es una experiencia reciente. Apenas se han realizado ciento veinte (120) proyectos dedicados básicamente al área de Petare y los temas centrales de los trabajos se han referido a los fenómenos de migración y construcción de ese inmenso sector social como lo es Petare.
En la actualidad, el interés se ha expandido como resultado de nuestras presentaciones en el Congreso de Historia Regional Mirandino, el cual celebramos cada dos años y que abarca la presencia de más de seiscientos (600) docentes del área que actúan en Barlovento, Altos Mirandinos, Vargas y los Valles del Tuy, donde en escuelas y liceos vienen produciéndose experiencias similares a la expuesta, también se realizan experiencias coordinadas por el autor en el postgrado de Historia de la Universidad Centro-Occidental Lisandro Alvarado de Barquisimeto.

REFERENCIAS

Bejarano, Camila. “La mirada cierta, acerca de las operaciones de la fotografía y acontecimiento familiar”, en: Semióticas audiovisuales, Nº II y III, Maracaibo. Ediciones Universidad del Zulia, 2005.

Brunner, Jerome. Realidad mental y mundos posibles: Los actos de la imaginación que dan sentido a la experiencia. Barcelona, Ediciones Gedisa, Colección Psicología y Lenguaje, 1996.

Casajus, Concha. “Una propuesta para el estudio de la fotografía”, en: Doxa, Nº 3, España 2002.

John Collier, Jr., and Malcon Collier. Visual Antropologhy, Alburquerque, Edit. University of New México, 1996.

Medina, R. Arístides. “Manual de Historia local, Venezuela, Ediciones de la Biblioteca Nacional, Agosto 2005.

Odín, Roger, “Retórica del fin familiar”, en: Video Forum, Nº 19, Caracas, Abril 1982.

Peña, Timor Vicente. “Dimensión científica de la narrativa audiovisual”, en: Narración Audiovisual, Investigaciones, Madrid, Ediciones laberinto. 2001.

Rebillou, Jean Louis. “Miradas como actos de fe. De los avatares del ver y el creer”, en: Semióticas Audiovisuales, Nº I – II. Edición Universidad del Zulia. Maracaibo, 2005

Sountang, Susan, On Fhotography, New York, Publicaciones Doubleday; 1990.

[xii]
[1][1] Rebillou, Jean Louis. “Miradas como actos de fe. De los avatares del ver y el creer”, en: Semióticas Audiovisuales, Nº I – II. Edición Universidad del Zulia. Maracaibo, 2005, Pp. 95-96.
[2] John Collier, Jr., and Malcon Collier. Visual Antropologhy, Alburquerque, Edit. University of New México, 1996, Pág. 77.
[3] Casajus, Concha. “Una propuesta para el estudio de la fotografía”, en: Doxa, Nº 3, España 2002, pág. 215.
[4] Bejarano, Camila. “La mirada cierta, acerca de las operaciones de la fotografía y acontecimiento familiar”, en: Semióticas audiovisuales, Nº II y III, Maracaibo. Ediciones Universidad del Zulia, 2005. Pp. 152 – 153.
[5] Peña, Timor Vicente. “Dimensión científica de la narrativa audiovisual”, en: Narración Audiovisual, Investigaciones, Madrid, Ediciones laberinto. 2001, pág. 31.
[6] Medina, R. Arístides. “Manual de Historia local, Venezuela, Ediciones de la Biblioteca Nacional, Agosto 2005, pág. 6.
[7] John Collier, Jr., and Malcon Collier. Visual Antropologhy. Ob.cit., 1996, pág. 163.
[8] Odín, Roger, “Retórica del fin familiar”, en: Video Forum, Nº 19, Caracas, Abril 1982, Pp. 108-111.
[9] Sountang, Susan, On Fhotography, New York, Publicaciones Doubleday; 1990, pág. 6.
[10] Sountang, Susan, On Fhotography, Ob.cit., 1990. Pp. 76-77, (En este texto se dedica una parte a la obra de Walter, Benjamín, y sus críticas a las prácticas sociales de la fotografía).
[11] Brunner, Jerome. Realidad mental y mundos posibles: Los actos de la imaginación que dan sentido a la experiencia. Barcelona, Ediciones Gedisa, Colección Psicología y Lenguaje, 1996, pág. 17.
[xii][xii]

Diego Rivera: Participación Política y Cultural en Visión de la Revolución Mexicana y la Construcción de un Nuevo Ideal Nacional 1921-1955.


Por: BARRIOS BETSABÉ
BARRIOS SOL


INTRODUCCIÓN

Sin duda alguna, los primeros años del siglo XX, en México fueron años de gran idealismo en todas las áreas de la vida; los valores del progreso ya impregnaban el ambiente, la tecnología empezaba a desarrollarse con éxito y fuerza, nuevos proyectos políticos surgían por doquier y en el arte los movimientos de vanguardia rompían con la tradición academicista que supeditó la creatividad a los valores inmutables durante algún tiempo. Era el tiempo de la revolución: tecnológica, económica, política y artística, sin que ninguno de estos aspectos lograran desligarse.
Estos valores se expandieron por todo el globo, encontrando resonancia especialmente en América Latina e influenciando al muralismo mexicano desde el punto de vista ideológico. Tanto la experiencia de la Revolución Mexicana durante el mandato de Porfirio Díaz, la primera revolución del siglo XX, así como la expansión de los ideales de otras revoluciones, fungieron como inspiradores, en un primer momento, de esta revolución estética.
Fue a partir de la Revolución Mexicana de 1910, en contra del régimen de Porfirio Díaz, cuando el movimiento plástico del país azteca comienza a despertar del letargo academicista en el que se encontraba sumido, demandando un a verdadera escuela de arte. Sin embargo es sólo en la dictadura de Victoriano Huerta cuando comienza a despertarse este proceso de cambio en la plástica mexicana con el nombramiento del pintor Alfredo Ramos Martínez como director de la Escuela Nacional de Artes Plásticas en 1913, quien dio impulso a la reforma.
Dentro de este movimiento plástico, con su gran protesta (el muralismo mexicano) se destacaron grandes pintores: Sequeiros, Orozco y Rivera; pero de aquellos hombres, el trabajo de Rivera alcanzaría un total compromiso revolucionario: Rivera pintó la nueva ideología del movimiento

1
revolucionario, especialmente la relacionada con Emiliano Zapata y la lucha por la tierra y los trabajadores, con su pelea por mejores condiciones de trabajo.
El arte de Diego Rivera constituyó uno de los pilares sobre los que habría de asentarse uno de los más pujantes movimientos de la pintura americana: El muralismo mexicano. Su arte depende en gran manera de un vocabulario surgido de una mezcla de Gauguin y la escultura azteca y maya. Realizó una obra vastísima como muralista, dibujante, ilustrador y escritor, desarrollando al mismo tiempo actividad política. Diego Rivera en formas simplificadas y con vivo colorido, rescató bellamente el pasado precolombino, al igual que los momentos más significativos de la historia mexicana: la tierra el campesino y el obrero; las costumbres y el carácter popular. La aportación de la obra de Diego Rivera al arte mexicano moderno fue decisiva en murales y obras de caballete; fue un pintor revolucionario que buscaba llevar el arte al gran público, a la calle y a los edificios, manejando un lenguaje preciso y directo con un estilo realista, pleno de contenido social. Paralelamente a su esfuerzo creador, Diego Rivera desplegó actividad docente en su país, y reunió una magnifica colección de arte popular mexicano. Siempre fue ambición de Diego Rivera expresar de forma plástica los sucesos, las ideas y esperanzas de la Revolución Mexicana.

I. CONTEXTO GEOHISTÓRICO DE MÉXICO EN LOS TIEMPOS DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA.

I. A. LA REVOLUCIÓN MEXICANA.


Entre 1910 y 1920 México fue sacudido por una serie de luchas y revueltas conocidas como revolución mexicana, que intentaron transformar el sistema político y social creado por Porfirio Díaz. La revolución mexicana, que contribuyó a formar el México contemporáneo, no tuvo un carácter homogéneo, sino que consistió en una serie de revoluciones y conflictos internos, protagonizados por distintos jefes políticos y militares que se fueron sucediendo en el gobierno de la nación. En sus orígenes, las primeras tentativas revolucionarias, inspiradas por Francisco I. Madero, pretendían el derrocamiento de Porfirio Díaz, que se había mantenido en el poder durante más de treinta años. Tras el triunfo de los maderistas, la necesaria reconstrucción del país se vio dificultada por las disputas entre las propias facciones revolucionarias. (1)
Después del asesinato de Madero, hubo nuevas luchas en las que triunfó Venustiano Carranza, quien promulgó la constitución de 1917, paso decisivo para la organización del estado posrevolucionario. No obstante, los sectores más radicales de la revolución mantuvieron la lucha hasta 1920.
La revolución maderista. La revolución mexicana nació en un panorama de insatisfacción contra la política elitista y oligárquica de Porfirio Díaz, que había favorecido a los estamentos más privilegiados, sobre todo a los terratenientes y a los grandes capitalistas industriales. (2)
(1) Flores Magon, Ricardo. La Revolución Mexicana. México, 1970. p.5. “La Revolución Mexicana se desarrolla en el período comprendido entre la caída de la dictadura de Porfirio Díaz en 1910 y el ascenso al poder de la burguesía, tras superar los intentos de revolución social protagonizados por los campesinos dirigidos por Emiliano Zapata
Si bien el país gozaba de prosperidad económica, las continuas reelecciones de Díaz causaban insatisfacción política entre las nacientes clases medias, en tanto que los beneficios de la prosperidad no habían alcanzado a los grupos más pobres de la sociedad.
Madero, un rico terrateniente del norte del país, propuso una fórmula de compromiso político según la cual Díaz mantendría la presidencia y aquél, desde la vicepresidencia, iniciaría un proceso de reforma. Tras el rechazo de Díaz a la propuesta, Madero fue postulado candidato a la presidencia para las elecciones de 1910 por el Partido Antirreeleccionista, que incluía a intelectuales como Filomeno Mata y José Vasconcelos.
Díaz hizo detener a su oponente y se declaró vencedor en las fraudulentas elecciones de junio, pero Madero logró escapar de la prisión y publicó en la localidad texana de San Antonio su célebre plan de San Luís Potosí, en el que denunciaba el fraude electoral e incitaba a la población a que se uniera a una sublevación el 20 de noviembre. Escasos fueron los levantamientos en la fecha señalada, pero el llamamiento contribuyó a alentar la sublevación posterior en diversos puntos de México. En el norte, en Chihuahua, Pascual Orozco y Francisco (Pancho) Villa, con unas tropas improvisadas, empezaron a asaltar las guarniciones gubernamentales; y en el sur, en Morelos, Emiliano Zapata llevó a cabo una sangrienta campaña contra los caciques locales.

(2) Surge la revolución maderista entre 1910-1911. El punto de partida de este proceso revolucionario fueron las declaraciones realizadas por el estadounidense Creelman en 1908, en las que afirmaban que el pueblo mexicano ya estaba molesto y no deseaba que Porfirio Díaz continuara en el poder. Comenzó en el país una intensa actividad política. Ulloa, Berta. Historia de la Revolución Mexicana. México, 1983. p. 322.

I. B. CONTEXTO SOCIAL-ECONÓMICO.

En 1910 apareció el libro La sucesión presidencial, escrito por Francisco I. Madero, que se convirtió en el manifiesto político de los grupos de oposición a la dictadura: las clases medias, los campesinos y los obreros, contrarios a la reelección de Díaz para un nuevo mandato presidencial, pero también opuestos a las costumbres aristocráticas y al afrancesamiento dominante, a la política económica del colonialismo capitalista y a la falta de libertades políticas bajo el régimen dictatorial.
En abril de 1910, Madero fue designado candidato a la presidencia por el Partido Nacional Antirreeleccionista, fundado un año antes con un programa a favor del sufragio efectivo y la no reelección, pero sin claros contenidos sociales y económicos. En mayo del mismo año se produjo en Morelos la insurrección de Emiliano Zapata al frente de los campesinos, que ocuparon las tierras en demanda de una reforma agraria. Díaz fue reelegido para un séptimo mandato y Madero intentó negociar con él para obtener la vicepresidencia de la República, pero fue encarcelado por el dictador en Monterrey el 6 de junio, aunque poco después fue trasladado a San Luís Potosí y quedó en libertad. (3)
Consciente de que iba a ser encarcelado de nuevo, Madero escapó a San Antonio (Texas). El 20 de noviembre se produjo la insurrección de Francisco (Pancho) Villa y Pascual Orozco en Chihuahua, pronto secundada en Puebla, Coahuila y Durango. En enero de 1911, los hermanos Flores Magón se alzaron en la Baja California y los hermanos Figueroa en Guerrero.
(3) En octubre de 1910, Madero y sus colaboradores redactaron en esa ciudad el Plan de San Luís, que llamó a la insurrección general y que logró el apoyo de los campesinos al incluir en el punto tercero algunas propuestas de solución al problema agrario. Taracena Alfonso. Historia Extraoficial de la Revolución Mexicana. México, 1987. p. 14.
Pese al fracaso de Casas Grandes, en marzo de ese mismo año, el 10 de mayo los revolucionarios ocuparon Ciudad Juárez, donde se firmó el tratado por el que se acordaba la dimisión de Díaz, que salió del país el 26 de mayo siguiente, y el nombramiento como presidente provisional del antiguo colaborador de la dictadura, Francisco León de la Barra, que conservó a los funcionarios y militares adictos a Díaz.
El gobierno procedió al desarme de las fuerzas revolucionarias, pero los zapatistas se negaron a ello, exigiendo garantías de que serían atendidas sus demandas en favor de una solución para el problema agrario. El general Victoriano Huerta combatió a los zapatistas del estado de Morelos en los meses de julio y agosto de 1911, los derrotó en Cuautla y los obligó a refugiarse en las montañas de Puebla. Sin embargo, en las elecciones presidenciales resultó elegido Madero, quien tomó posesión de su cargo el 6 de noviembre de 1911, pero que no logró alcanzar un acuerdo con Zapata ni con otros líderes agrarios por su falta de sensibilidad para resolver los problemas sociales planteados por el campesinado. (4)
Orozco, tras ser nombrado por los agraristas jefe supremo de la revolución, se sublevó en Chihuahua en marzo de 1912, y otro tanto hicieron los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz en Nuevo León y Veracruz respectivamente. El Ejército federal, al mando de Prudencio Robles y Victoriano Huerta, reprimió con dureza los levantamientos, estableciendo campos de concentración, quemando aldeas y ejecutando a numerosos campesinos. En la ciudad de México tuvo lugar en febrero de 1913 la que se denominó Decena Trágica, enfrentamiento entre los insurrectos y las tropas del general Huerta, que causó alrededor de 2.000 muertos y 6.000 heridos.


(4) El 28 de noviembre de 1911, Zapata proclamó el Plan de Ayala, en el que se proponía el reparto de tierras y la continuación de la lucha revolucionaria. Taracena , Alfonso. Historia Extraoficial de la Revolución Mexicana. México, 1987. p. 14.

Con la insólita mediación del embajador estadounidense, Henry Lane Wilson, el general Huerta llegó a un acuerdo con el general Díaz, destituyó a Madero y se autoproclamó presidente el 19 de febrero de 1913. Cuatro días después el presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez fueron asesinados por órdenes de Huerta.
(5) El gobierno de Porfirio Díaz se encargó de constituir la gran propiedad agraria-rural, con agravio de los primeros pequeños propietarios y especialmente de los pueblos indígenas. La prestación de servicios en el campo, era más que una relación contractual civil, un estado de servidumbre. Prefirió a los inversionistas extranjeros sin preocuparse o preocupándose poco, por formar un capitalismo nacional, activo y emprendedor.
Madero, antes de que fuera candidato antireeleccionista, desestimaba la objeción reaccionista que despertaba el pueblo de la cosa pública. El temor de que el pueblo ignorante fuera manejado por voluntad del gobierno o del clero, igualmente le parecía exagerado. Madero había visto actuar a grupos sociales que lo ilustraban acerca de la conducta del pueblo como fuerza de expresión y de acción.
Madero es derrumbado del poder, pero en el tiempo que estuvo en el poder tuvo que enfrentar cinco rebeliones. El choque de las pasiones humanas se repite en el curso de los siglos. Si algún paragón puede hacerse de los acontecimientos de 1913 se encuentra la exaltación de la violencia que tuvo desarrollo en la ciudad de México.(6)

(5) En este clima de privilegios, las reacciones fueron apareciendo tímidamente, desarticulizadas, sin organización patente, los descontentos por la situación que prevalecía en el agro mexicano eran condenadas a servicio militar, los primeros brotes de la cuestión laboral fueron movimientos que estallaron en negociaciones extranjeras. Fuentes para la Historia de la Revolución Mexicana: Manifiestos Políticos (1892-1912). México, 1957. p. 23.
(6) Se inició el levantamiento de un grupo de militares, Victoriano Huerta llevó a cabo la defección, puso presos al presidente, pactó con los sublevados, obligó a renunciar a los altos funcionarios; dos días más tarde cayeron asesinados Madero y Pino Suárez, para consumar la acción contrarrevolucionaria, efectiva y funesta que encendería al país y lo llenaría de sangre desde 1913 hasta la consolidación del nuevo régimen. Fuentes para la Historia de la Revolución Mexicana: Manifiestos Políticos (1892-1912). México, 1957. p. 24.

Mal contados veintiocho días, desde que Madero ascendiera a la presidencia, Emiliano Zapata se levantó en armas enarbolando los postulados del Plan Ayala. Pascual Orozco en el pueblo de Chihuahua también desconoce a Madero como presidente, de tal modo que el camino de los grupos zapatistas y orozquistas que daba marcado así; autonomía, indisciplina y rebelión. (7)
Dentro de la lucha de clases que significó la Revolución Mexicana, los distanciamientos entre grupos revolucionarios, hicieron compleja, con una excepcional gravedad, a la etapa de la violencia.
(8) “La llamada decena trágica que se presentó en México fue dada por el país vivía una situación muy rigurosa, pululaban las fuerzas rebeldes en forma de guerrillas. El gobierno era atacado severamente por la prensa y mostraban ciertos signos de debilidad, fue en medio de ese ambiente de desasosiego como surgió un nuevo movimiento armado que dirigía el general Bernardo Reyes en la frontera norte, pero el fracaso que resintió pronto lo condujo a rendirse, y fue apresado, con este motivo, en la prisión militar de Santiago, en la capital. Otro brote de oposición lo animó el general Félix Díaz, sobrino del antiguo presidente que se sublevó en Veracruz, y tras algunas vicisitudes fue derrotado y conducido a la penitenciaría de la ciudad de México”.
En todo ello los soldados federales sostuvieron a Madero, sin embargo, varios militares federales se pusieron en comunicación con los dos presos y se tramó una revuelta que tendría por objeto la aprehensión del presidente y vicepresidente, y del establecimiento de una junta revolucionaria que tendría por objeto reorganizar el gobierno.
(7) El impacto agrario que siempre ha producido el Plan Ayala ha hecho que se pierda de vista, que el político, fue el factor determinante del levantamiento de Zapata en noviembre de 1911. En efecto para desconocer a Madero como jefe de la revolución y como presidente de la república. Esto llevó a Zapata a la rebelión de 1911 que por otro lado procuró justificar por la lucha a favor de las reivindicaciones agrarias, que emprendió con constancia y tenacidad, pero lo cierto que se alzó y abandonó a Madero para designar, en sustitución como jefe de la revolución a Pascual Orozco, cambio que puso de manifiesto la desorientación política en que había caído el caudillo del sur. Fuentes para la historia de la Revolución Mexicana: Manifiestos Políticos (1892-1912). México. 1957. p. 25.
(8) Reed, John. México Insurgente. México. 1974. p. 117.

I. C. CONTEXTO POLÍTICO- CULTURAL.

El problema del sufragio (1892-1910) dio cuerpo al primer apartado. En una serie de manifiestos podemos descubrir la tendencia reeleccionista que propugnaba la conservación del general Díaz en el poder.
“Los partidarios de ella aseguraban que la actividad política que ponían en juego tendía a consolidar el orden y a procurar que la guerra civil fuera un accidente en la historia de México. Para ellos la paz era una fuerza cada vez más viva, y un hecho definitivo; ahora bien la paz efectiva debería ser conquistada por medio de la vigorización de la autoridad, aunque esa fortaleza significara un sacrificio de magnitud, como el que se imponía a nuestra democracia con las reelecciones reiteradas, excepcionalmente recomendables, en la medida que al último período presidencial tocaba ser justificación terminable de los anteriores que había usufructuado el caudillo de Tuxtepec”. (9)
Al tiempo que Madero y el antireeleccionismo actuaran en la oposición, se acercaron al pueblo y propugnaron antes el derecho a votar que el derecho al bienestar. Madero provocó la agitación electoral y llegó a los comicios de 1910, con la compañía del pueblo, fracasando éste, con el apoyo del pueblo en armas, Madero obligó a renunciar a Porfirio Díaz, con la fuerza que le dio el pueblo a Madero ascendió a la presidencia en 1911.
(10) En los escasos quince meses que duró Madero en el poder, tuvo que enfrentar cinco rebeliones. Los antiguos correligionarios como Emilio Vázquez y Emiliano Zapata esgrimirán el Plan de San Luís, contra Madero.
(9) Sin embargo el progreso alcanzado por el país, que se procuró acreditar a la paz y, al orden impuestos por el general Porfirio Díaz, transformó el concepto de reelección, excepcionalmente recomendable, en la necesidad ineludible de que él presidente se perpetuaría en la primera magistratura, pues de otra manera se corría el riesgo de perder; definitivamente los beneficios que México había obtenido a la sombra del porfiriato. Fuentes para la Historia de la Revolución Mexicana: manifiestos Políticos (1892-1912). México. 1957. p. 10.
(10) Pese a que Madero, era presidente institucional, los senadores estaban obligados a sucumbir con las instituciones, el ejército comprometido a defenderlas, que en cuanto a los evolucionistas, por definición de su doctrina, lo estaban a repudiar la violencia. Fuentes para la Historia de la Revolución Mexicana. Manifiestos Políticos (1892-1912). México. 1957. p. 10.
Porfirio Díaz gobernó por encima de las facciones y permitió que la Iglesia fuera relativamente libre para que contribuyera a la unidad nacional apoyando al gobierno, mantuvo la ley y la utilizó para garantizar la existencia de las voluntades divergentes en el interior de la sociedad, conservó los principios de liberalismo y evitó su aplicación abusiva. (11)
Durante el gobierno de madero se siguió desarrollando la labor social de la Iglesia; se fundaron varias instituciones, escuelas para papeleros y obreros, la unión de las damas católicas que llevó a cabo labores sociales y sostuvo escuelas para trabajadores.
Durante los cuatro años del gobierno preconstitucionalista, Carranza resurgió la oposición entre liberalismo e Iglesia, acarreando además problemas con los gobiernos de otros países, especialmente con el de los Estados Unidos, la mayoría de los dirigentes de la revolución constitucionalista ya eran anticlerical en 1913 y su ideología se vino a sumar a la necesidad de allegarse fondos para cubrir los crecientes gastos de la lucha armada. (12).
La revolución constitucionalista 1913-1914. El gobierno de Huerta no fue reconocido por el gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, quien el 26 de marzo de 1913 proclamó el Plan de Guadalupe, bandera de la revolución constitucionalista, al que se declaraba continuador de la obra de Madero y procedía la formación del ejército constitucionalista, al que no tardaron en sumarse el general Álvaro Obregón en Sonora, y Pancho Villa en el norte, mientras Zapata volvía a dominar la situación en el sur del país.
(11) La iglesia entró vigorosamente al campo social de suerte que la preocupación primordial de los obispos fue la aplicación de los principios cristianos y las relaciones entre obreros y patrones, campesinos y propietarios, trabajo y capital, los párrocos de los pueblos alfabetizaron y catequizaron, los sacerdotes lucharon por mejorar las condiciones de los campesinos y obreros, hubo movimientos de acción social y cívica, también se abocaron al estudio de los problemas educativos, la prensa católica, la miseria e ignorancia del indígena, establecieron grupos de asistencia económica y cultural. Ulloa, Berta. Historia de la Revolución Mexicana. México. 1983. p. 419.
(12) La ocupación de templos, conventos, escuelas, obispados, etc, y el aprovechamiento de objetos de culto que efectuaron los constitucionalistas en los primeros tiempos de la lucha armada, no tuvieron más justificación que su propio capricho y el concepto de que eran bienes del enemigo militar. Herzog silva, Jesús. Breve historia de la Revolución Mexicana. México. 1960. p. 79.

El triunfo de Carranza (1914-1919). Pronto surgieron diferencias entre revolucionarios en tres grupos, los villistas, que ofrecían un programa político-social poco definido; los zapatistas, que mantenían los principios formulados en el Plan de Ayala; y los carrancistas, vinculados a la burguesía y deseosos de preservar los beneficios obtenidos por los generales, empresarios y abogados adictos a Carranza.
Con los decretos finales de 1914 y la ley agraria de 1915, Carranza ganó para su causa a amplios sectores de la población, mientras los ejércitos carrancistas al mando del general Obregón ocuparon Puebla el 4 de enero de 1915 y derrotaron a Villa en Celaya, Guanajuato, León y Aguascalientes, entre abril y julio del mismo año, por lo que Estados Unidos reconoció al gobierno de Carranza en el mes de octubre. (13)
La constitución de 1917. Los integrantes del congreso se aplicaron a elaborar una nueva Constitución Federal, que en cierto modo siguió muchos principios de la anterior, la de 1857, pero en no pocos artículos, introdujo reformas o estableció principios completamente nuevos, sobre todo en lo referente a la reforma agraria, que impulsó la distribución de tierras y en lo que ve a la protección de la clase obrera. Además en todos los artículos que tocaban el problema educativo o religioso se percibió un espíritu faccional muy dividido y llamativo, medularmente anticatólico por una parte y por otra en protección a las ideas de los últimos que al final fueron a repercutir en la guerra cristera con Plutarco Elías Torres con el cumplimiento riguroso de la ley y la condena de lo antirreligioso de la constitución del papa Pio XI en su encíclica Iniques Aflictisque el 18 de noviembre de 1926.

(13) Villa realizó en el norte una guerra de guerrillas y trató de crear conflictos internacionales con Estados Unidos, cuyo gobierno en 1916, envió tropas en su persecución, aunque éstas no lograron capturarlo. Herzog Silva, Jesús. Breve Historia de la Revolución Mexicana. México, 1960. p. 40.

II. DIEGO RIVERA Y SU PARTICIPACIÓN POLÍTICA-CULTURAL EN 1921-1955.

II. A. BIOGRAFÍA.

Diego María Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, mejor conocido como Diego Rivera, nació en la ciudad de Guanajuato, Guanajuato, el 8 de diciembre de 1886. El talento para la pintura fue desarrollándose en él a lo largo de sus años escolares. Cuando apenas contaba diez años, la familia de Diego se trasladó a la Ciudad de México. Allí, obtuvo una beca del gobierno para ingresar en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, en la que permaneció hasta su expulsión en 1902, por haber participado en las revueltas estudiantiles de ese año. Las influencias que recibió en su estancia en la capital fueron variadas, y van desde las de su primer maestro, discípulo de Ingres, hasta las de José Guadalupe Posada, grabador en cuyo taller trabajó Diego y cuya influencia sería decisiva en su posterior desarrollo artístico.
II. B. MURALISMO MEXICANO.
Este movimiento plástico se dio en México entre 1920 y 1960. El movimiento era dominado por tres pintores: Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Sequeiros. Cada uno tuvo una técnica y personalidad distinta, pero compartieron aspiraciones comunes. Los tres muralistas trabajaron durante el tiempo en el que México se vio liberado del sofocante régimen de Porfirio Díaz en 1911, y es en este periodo donde se encontró un nuevo espíritu nacionalista bajo la Constitución de 1917. (14)
(14) Los tres artistas recibieron comisiones del presidente Álvaro Obregón y del Secretario de Educación, José Vasconcelos, para decorar edificios públicos con temas que glorificaran la revolución y la historia prehispánica de México. El mensaje artístico-político principal, era que los murales a pintar pudieran ser "leídos" fácilmente por el ciudadano mexicano promedio. Los tres artistas participaron en las primeras comisiones, para la Escuela Nacional Preparatoria en la Ciudad de México, durante 1922. El resultado tuvo mucho éxito, y pronto le siguieron otros
Fue a partir de la revolución mexicana de 1910, en contra del régimen de Porfirio Díaz, cuando el movimiento plástico del país azteca comienza a despertar del letargo academicista en que se hallaba sumido, demandando una verdadera escuela de arte. Sin embargo, es sólo en la dictadura de Victoriano Huerta cuando comienza a despertarse este proceso de cambio en la plástica mexicana con el nombramiento del pintor Alfredo Ramos Martínez como director de la Escuela de Nacional de Artes Plásticas en 1913, quien dio impulso a la reforma. Posteriormente, fue Gerardo Murillo mejor conocido como Dr. Atl quien, al suceder a Ramos en el cargo, inculcó en los nuevos artistas una manera distinta de crear: (15) "El Dr. Atl no estuvo contento únicamente con alimentar la imaginación de los estudiantes, así que quiso transformar el academicismo del arte mexicano por uno por uno real y revolucionario" Cunhal, Álvaro. (2000).
El muralismo mexicano fue promovido José Vasconcelos, ministro de Educación pública durante el mandato de Álvaro Obregón finalizando la década de 1920, y fue éste (Vasconcelos) quien puso a la disposición de los artistas el espacio mural de los edificios públicos, como parte de una política de educación popular en pro de reforzar el conocimiento de la historia revolucionaria.
De la mano de Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros principalmente, los murales fueron la reafirmación de lo que significaba "llegar a las masas", el espacio del que nadie podía ser dueño, por tanto, todos podían poseerlo:

edificios públicos. La obra monumental de los muralistas mexicanos es reconocida a nivel mundial. Imaginario, Andrea. (2000). El Muralismo Mexicano: Una Revolución Artística, un Arte para la Revolución. (Artículo en línea). Disponible: http: w.w.w. wikipedia.es. (Consulta: 2007, mayo 02).
(15) Así, el movimiento pictórico mexicano estuvo influenciado por los valores que el Dr. Atl impartiera al negarse a continuar con la tradición plástica europea, siendo él, justamente, quien retomara los temas relativos a la mexicanidad. Cunhal, Álvaro. (2000). Muralismo Mexicano, en Temas de Cultura. (Artículo en línea). Disponible: http. w.w.w.wikipedia.es. (Consulta: 2007, mayo 17).
El muralismo quiso hacer accesible el arte a través, justamente, de los murales. La pintura de caballete apenas se circunscribía a los salones de arte, círculos elitescos por excelencia y, por tanto, alejados completamente de la experiencia popular. Así, David Alfaro Siquieros, verdadero activista, junto con Rivera, Orozco y otros artitas de esta tendencia, organizados políticamente en la Unión de Trabajadores Técnicos, Pintores y Escultores, declararían en un manifiesto publicado en el órgano divulgativo El Machete: (16) "Repudiamos la llamada pintura de caballete y todo el arte de los círculos ultraintelectuales porque es aristocrático, y glorificamos la expresión de arte monumental porque es de dominio público". Charlot, Jean. (2000).
El fin de los conflictos armados de la Revolución dio lugar al inicio de nuevos proyectos. Para Álvaro Obregón (1880-1928), quien en diciembre 1º de 1920 había asumido el poder como presidente electo, la educación era el medio civilizador y pacificador que daría legitimidad a su gobierno.
Para encabezar la recién creada Secretaría de Educación Pública, Obregón nombró a José Vasconcelos (1881-1959), quien ocupó dicho cargo del 10 de octubre de 1921 al 28 de enero de 1924. Como parte de su programa, Vasconcelos se propuso educar a las masas por medio de ideas e imágenes plasmadas en los muros y espacios públicos.
Un grupo de artistas plásticos dispuesto a sumarse al proyecto obregonista participó en la "decoración" de los muros de la Escuela Nacional Preparatoria. La Creación de Diego Rivera marca el punto de partida del Muralismo Mexicano. (17)
(16) Esta fue la primera bandera estética del movimiento. Su principal soporte plástico fue también materialización de su ideología. La monumentalidad sería inevitable, pues tenían como lineamiento resaltar y engrandecer la revolución y el pasado histórico del país: su pasado precolombino, su identidad nacional como "provocadora" y "contenedora" de la conciencia social. El muralismo mexicano como expresión de la monumentalidad es una de las últimas evidencias de la integración de todas las artes en el siglo XX, es también una forma de conciencia plástica: "La pintura llamada de caballete debe tener medios, intenciones y aspectos opuestos a los de una pared. La pintura de un cuadro es absoluta, es decir, no tiene relación alguna con arquitectura o medio material determinado. La pintura mural es subordinada, es decir, tiene que ser complementaria de la arquitectura, siguiendo las proporciones modulares de la misma". Charlot, Jean. Escritos Sobre el Arte Mexicano. (Artículo en línea). Disponible: http: w.w.w.Google.com. (Consulta: 2007, mayo 11).

La corriente muralista perdió paulatinamente su espontaneidad, volviéndose siempre más académica. Desde 1950 a 1955 se registraron los últimos años de esta corriente.

II. C. TRABAJO CULTURAL.

Diego Rivera estudió en la mexicana Academia de San Carlos con Santiago Rebull y José María Velasco. Luego (1907) perfeccionó sus estudios en Madrid con Eduardo Chicharro. En los años formativos de estudio y trabajo (1907-21) que pasó en Europa -España, Francia, Italia- asimiló las principales tendencias y en sus dos etapas iniciales, paradójicamente, refleja tanto la tendencia realista de Zuloaga y Chicharro como la cubista de Gris y Picasso. En 1922, Diego Rivera (1886-1957) pintó La Creación en el muro del proscenio y en lo que fue la concha acústica para un órgano monumental colocado hacia 1910 y que desapareció probablemente durante los años de la lucha armada.
El arte de Diego Rivera constituyó uno de los pilares sobre los que habría de asentarse uno de los más pujantes movimientos de la pintura americana: el muralismo mexicano. Su arte depende en gran manera de un vocabulario surgido de una mezcla de Gauguin y la escultura azteca y maya. La aportación de la obra de Diego Rivera al arte mexicano moderno fue decisiva en murales y obras de caballete; fue un pintor revolucionario que buscaba llevar el arte al gran público, a la calle y a los edificios, manejando un lenguaje preciso y directo con un estilo realista, pleno de contenido social. Paralelamente a su esfuerzo creador, Diego Rivera reunió una magnífica colección de arte popular mexicano.
(17) Jean Charlot pintó Masacre en el Templo Mayor, Fernando Leal La fiesta del Señor de Chalma, David Alfaro Siqueiros Los elementos, Los mitos, El entierro del obrero sacrificado y El llamado a la libertad, Ramón Alva de la Canal El desembarco de los españoles y la cruz plantada en tierras nuevas y Fermín Revueltas Alegoría de la Virgen de Guadalupe. Cunhal, Álvaro. (2000). Muralismo Mexicano, en Temas de cultura. (Artículo en línea). Disponible: http: w.w.w.wikipedia.es. (Consulta: 2007, mayo 17).

Siempre fue la ambición de Rivera expresar en forma plástica los sucesos, ideas y esperanzas de la Revolución Mexicana. Para hallar un medio adecuado a esta expresión tuvo que experimentar con la técnica del fresco. Esta técnica consiste en pintar directamente sobre la argamasa (mezcla de cal y arena) mojada, para que el color penetre y, al secarse aquélla, lo fije. Nuevamente en Europa, Rivera expuso en Madrid y en París. En 1920 fue a Italia a estudiar los frescos del Renacimiento que allí se conservan, e investigó la técnica mural del pintor renacentista italiano Giotto, cuya influencia lo hizo apartarse del movimiento cubista, para indagar con mayor profundidad en las escenas sociales de su entorno. Antes de embarcarse, Diego tenía en cartera centenares de bocetos para ejecutarlos a su regreso.
De las experiencias reunidas en este viaje, Rivera dedujo un estilo narrativo, lineal y de color aplicado en tintas planas, que utilizó a su regreso a México, en 1921, tras la elección de Álvaro Obregón como presidente. Una vez en su país, fundó junto con José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros un movimiento pictórico al que se le dio el nombre de escuela mexicana de pintura. (19)


(18) Realizó una obra vastísima como muralista, dibujante, ilustrador y escritor, desarrollando al mismo tiempo actividad política. Diego Rivera, en formas simplificadas y con vivo colorido, rescató bellamente el pasado precolombino, al igual que los momentos más significativos de la historia mexicana: la tierra, el campesino y el obrero; las costumbres, y el carácter popular. Royero, Manuel. Diego Rivera. México, 1983. p. 116.
(19) Trabajó por entonces en la elaboración de frescos para la Escuela Nacional Preparatoria de la Ciudad de México y para la Secretaría de Educación. A este periodo pertenece una de sus grandes obras, "La tierra fecunda", realizada para la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo. Asimismo, y al igual que Orozco, Rivera se interesó vivamente en la política y en sus composiciones murales, históricas o simbólicas, resuena la voz de la prédica social-revolucionaria y de la resistencia a la opresión extranjera. Otros de los grandes murales que pueden apreciarse hoy en el país son los del Palacio de Cortés de Cuernavaca, y los del Palacio Nacional, en la Ciudad de México, por mencionar sólo algunos. López Rangel, Rafael. Diego Rivera y la Arquitectura Mexicana. México, 1986. p. 71.


Los murales que Rivera pintó en México lo hicieron tan famoso que se convirtió, no sólo en jefe de escuela pictórica, sino también en líder político. Sus actividades en este último orden lo han hecho centro de no pocas polémicas y peripecias, como, por ejemplo, cuando se negó el Hotel del Prado, en la Ciudad de México, a exhibir un gran fresco suyo en que aparecían las palabras "Dios no existe", que Diego, a su vez, se negaba a dejar borrar, hasta que por fin cedió al regresar en 1956 de un viaje a Rusia realizado por motivos de salud. Diego Rivera fue miembro del Partido Comunista de 1923 a 1930 y de 1954 hasta su muerte.
Murales en Estados Unidos.
La expansión de su fama llevó a Rivera durante la década de 1930 a exponer su pintura en Nueva York, y recibió el encargo de la realización de grandes murales en el Instituto de Arte de Detroit y en el Rockefeller Center de N. York, donde su fresco "Hombre en la encrucijada" recibió numerosas críticas por la semejanza de los rasgos de una de sus figuras con Lenin. El mural fue destruido por el centro y sustituido por otro de Brangwyn, pero Diego luego lo reprodujo para el Palacio de Bellas Artes de México. En sus numerosos encargos para decorar edificios públicos, Rivera utilizó el buon fresco, técnica que puso de nuevo en boga, al igual que el empleo de los antiguos métodos encáusticos. (20)

(20) Desde finales de la década de 1930 se dedicó a la pintura paisajística y de retratos. Desarrolló en sus últimas pinturas un estilo indigenista y social de gran atractivo popular. Su más ambicioso y gigantesco proyecto, un mural épico sobre la historia de México para el Palacio Nacional, quedó inconcluso a su muerte, acaecida en la Ciudad de México el 25 de noviembre de 1957. Bozal, Valeriano. Diego Rivera. Madrid. 1987. p. 146.

II. D. TRABAJO POLÍTICO.

Identificado con el movimiento comunista, Diego Rivera reniega en su país de la educación estética recibida en Europa y, recogiendo la tradición india y negra, aunque sin olvidar la técnica europea, enarbola el mural como estandarte de su indigenismo y su apostolado marxista. Con su vigoroso y original estilo representa la resolución y síntesis de los más distintos movimientos culturales: la técnica europea, a la que debe su sabia estructuración decorativa; el más genuino sentimiento popular, que impregna sus obras de mexicanismo; y su ideario social, que hace de su arte un vehículo de propaganda.
Fundador en su país del Partido Comunista, Diego Rivera visitó la Unión Soviética en 1927-28. De regreso a México se casó con la pintora Frida Kahlo, que había sido su modelo, y persuadió a su gobierno a que concediese asilo político a Trotski (1936), lo que le valió la expulsión del Partido. (21)


(21) “Rivera se interesó vivamente en la política y en sus composiciones murales, históricas o simbólicas, resuena la voz de la prédica social-revolucionaria y de la resistencia de la opresión extranjera”. Rivera, Marín. Política y Arte de la Revolución Mexicana. México, 1997. p. 278.

III. IDENTIDAD NACIONAL Y CONSTRUCCION DEL IMAGINARIO SOCIAL EN MEXICO (1921-1955)

III.A. CONTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD NACIONAL EN MÉXICO.
Identidad, concepto lógico, muy empleado en filosofía, que designa el carácter de todo aquello que permanece único e idéntico a sí mismo, pese a que tenga diferentes apariencias o pueda ser percibido de distinta forma. La identidad se contrapone, en cierto modo, a la variedad, y siempre supone un rasgo de permanencia e invariabilidad. En la historia de la filosofía, la afirmación de la identidad como uno de los rasgos del verdadero ser ha sido muy utilizada desde Parménides, que ya afirmó el carácter idéntico del ser. Por el contrario, otras posturas filosóficas han afirmado que es precisamente la posibilidad de variación y modificación (es decir, la ausencia de identidad) la que caracteriza el verdadero ser (tal es el caso de Heráclito y de las filosofías que admiten el cambio y el devenir como rasgos esenciales de la realidad). (22)


III.B. CONSTRUCIÓN DEL IMAGINARIO COLECTIVO EN MÉXICO.
El mito y la historia operan simultáneamente en el tiempo y el espacio, pues representan dimensiones cognitivas diferentes. Mientras la historiografía pretende competir en el espacio de la razón, en la búsqueda de explicaciones causales, de motivos objetivos, determinantes de comportamientos, e inscritos en una u otra lógica argumentativa, el mito fija en la conciencia colectiva representaciones basadas sobres las categorías de exclusión y diferenciación
(22) “Una de las aplicaciones más empleadas del concepto de identidad se encuentra en la lógica, que emplea el llamado ‘principio de no contradicción’. Según éste, no es posible afirmar de un mismo sujeto un determinado atributo y su contrario. La formulación elemental de este principio lógico es: “aquello que es, es; lo que no es, no es”. Enciclopedia Microsoft. Encarta. (2006). Identidad Nacional. Microsoft Corporación. Reservados todos los derechos.
Altamente adjetivadas, más que argumentadas.
En tanto la forma de la conciencia social, el pensamiento mítico mantiene vigencia sobre todo el campo del poder. “Nada se asemeja más al pensamiento mítico que la ideología política, tal vez ésta no ha hecho mas que reemplazar a aquel en nuestras sociedades contemporáneas. (23).
En l construcción de un imaginario colectivo asociado al ejercicio del poder, la historiografía se narra de manera asociada tal que justifique y legitime una o varias posiciones.
Se erigen los mitos fundacionales, se incorporan anécdotas, que integran la experiencia vivida o contada a la identidad del grupo sirven para diferenciar categorías.
Los mitos políticos son fundacionales, pues: “Para construir una sociedad, se necesita una cierta cantidad de individuos y grupos que reconozcan una identidad común, estén incluidos por relaciones de dependencia material, política y simbólica que hacen que cada uno dependan de los otros para reproducirse”. (24)
La revolución mexicana ofrece un ejemplo fehaciente de un suceso histórico mitificado y convertido en forma de conciencia social.
La versión popular y popularizada de la contienda la presenta como un hecho fundacional a partir de la cual se inicia la historia, se crean las instituciones sociales y se define una cultura política.



(23) “las revoluciones retoman la estructura significativa de los mitos para crear un sistema de representaciones compartidos, capaz de reproducirse en la narración y los rituales”. Collin Harguindeguy, Laura. Personajes Históricos de la Revolución Mexicana Transformados en Héroes Culturales y Gemelos Míticos. Argentina. Ediciones del Centro de Etnología Americana. 1999. p 29-45.
(24) “Esta función de construcción imaginaria del mito se ve reflejada al convertirse en tema del ritual, a través de cuya reiteración se permite la reproducción de un orden cultural”. Collin Harguindeguy, Laura. Personajes Históricos de la Revolución Mexicana Transformados en Héroes Culturales y Gemelos Míticos. Argentina. Ediciones del Centro de Etnología Americana. 1999. p 29-45.

El concepto de revolución mexicana incluye una serie de hechos, con versiones diversas que pueden y son manipuladas por los actores políticos; los relatos, la alusión a los sucesos, tienen eficacia simbólica al ser reconocidos como pertenecientes a una orden superior, mientras que por su vinculación con lo trascendente inciden sobre el consentimiento de los gobernadores.(25)

(25) “Hay una revolución mexicana, la del texto, donde se conforman las posiciones y se revisan los hechos; pero también hay otra, la de la conciencia colectiva, ajena a la polémica o la búsqueda de la verdad”. Collin Harguindeguy, Laura. Personajes Históricos de la Revolución Mexicana Transformados en Héroes Culturales y Gemelos Míticos. Argentina. Ediciones del Centro de Etnología Americana. 1999. p 29-45.

CONSIDERACIONES FINALES

La Revolución Mexicana se desarrolló en México entre 1910 y 1920, en donde este país fue sacudido por una serie de luchas y revueltas, que intentaron transformar el sistema político y social creado por Porfirio Díaz.
La Revolución Mexicana que contribuyó formar el México contemporáneo, no tuvo un carácter homogéneo, sino que consistió en una serie de revoluciones y conflictos internos protagonizados por distintos jefes políticos y militares que fueron sucediendo en el gobierno de la nación.
Fue entonces a partir de 1910 con la Revolución Mexicana, en contra del régimen de Porfirio Díaz, cuando el movimiento plástico del país azteca comienza a despertar encabezado por Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco quienes principalmente trabajaron en los murales que fueron la reafirmación de lo que significaba llegar a las masas, el espacio del que nadie podía llegar a ser dueño, por tanto todos podían poseerlo. El muralismo quiso hacer accesible al arte a través justamente de los murales.
Es así como Diego Rivera junto a los ya nombrados pintores y otros artistas de otras tendencias, organizados políticamente en una unión de trabajadores técnicos, pintores y escultores, declararían un manifiesto, en donde repudiaban la obra del caballete, ya que era aristocrático.
Es a partir de esta revolución, tanto mexicana como artística o plástica que surge la construcción del imaginario colectivo en México.

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