Por: Johana Contreras
INTRODUCCION
A través del presente análisis minucioso del Libro Cuestiones de Historiografía Venezolana Del Autor Germán Carrera Damas se pretende dejar en claro todos los aspectos propuestos por el autor, dividido en cuatro trabajos, los cuales tienen relación temática el dar fe de la continuidad de una preocupación activa por los estudios históricos venezolanos. Convencidos cada vez mas, como resultado de la docencia y de la investigación, de que la vasta e interesante empresa de reorientar y depurar los estudios históricos venezolanos en orden a realzar su carácter científico, requiere un conocimiento critico ajustado a la realidad de esos estudios y la definición y elaboración de un rico instrumental interpretativo y metodológico.
El primer trabajo presentado por el autor es un ensayo, “Sobre los estudios históricos en Venezuela” con el fin de formar, junto con diversos ensayos de autores venezolanos acerca de otros temas, un volumen dedicado al conocimiento de Venezuela que habrá que editarse en ruso. Aquí se reflexiona sobre algunos de los sentidos mas generales de esos estudios, poniendo énfasis en la labor que en ellos compete al nuevo historiador.
El segundo trabajo “Agregados de datos, filiación, explicación, generalización y conocimiento histórico” debe verse como un incipiente ensayo de tratamiento metodológico de algunos problemas estructurales de la historiografía venezolana.
El tercer trabajo “Cuestiones económico-sociales de la Emancipación” esta realizado como una reflexión critica sobre los planteamientos de Charles C. Griffin.
Y el último, “Sobre el estudio de la historia en la Universidad” constituye un paso más en el sentido de la búsqueda de una orientación para los estudios universitarios de historia.
Titulo: Ensayo y Crítica Histórica sobre
Cuestiones de Historiografía Venezolana
Del Autor: Germán Carrera Damas
Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela. 1964
1.- Historia de la Obra (contextualizada)
Esta obra fue escrita bajo la preocupación activa por los estudios históricos venezolanos, a la par la preocupación por la docencia, al fundar en la Escuela de historia de la Universidad Central de Venezuela el Seminario de Historia de la Historiografía Venezolana, de allí el autor inicio sus imprescindibles investigaciones historiográficas previas a todo intento de historiar nuestros estudios históricos con la necesaria fundamentación científica.
Con dar cohesión a estas labores, es autor emprendió la estructuración de la cátedra de Historia de la Historiografía Venezolana, la cual se imparte en forma experimental desde el año escolar 1961-1962, incorporando los resultados de la propia investigación y la del Seminario
2.- Estructura y Contenido (conformación)
Advertencia
Los Estudios Historiográficos en Venezuela
¿Existe una Historia de Venezuela?
¿Cómo se ha escrito ha escrito la Historia de Venezuela?
Edades, ciclos, periodos y corrientes en la historiografía venezolana
¿Cómo se escribe la historia de Venezuela?
Nuevas tareas y nuevas orientaciones
Agregados de Datos, Filiación, Explicación, Generalización y Conocimiento Histórico
Introducción
I. Los agregados de datos
II. Filiación, explicación y generalización
III. Conocimiento histórico
Conclusiones
Apéndice A
Apéndice B
Apéndice C
Cuestiones Económico-Sociales de la Emancipación
I. ¿La Independencia fue una revolución?
II. Los temas económico-sociales y la historiografía venezolana
III. El marxismo y la historiografía venezolana sobre la Emancipación
IV. Algunas cuestiones particulares
Sobre el Estudio de la Historia en la Universidad
Concepción científica moderna de los estudios históricos
La escuela universitaria de historia y el desarrollo de los estudios históricos
Importancia de la diversificación de los centros de investigación histórica
Docencia e investigación en las escuelas universitarias de historia
Importancia de la investigación histórica en la Universidad
3.- Ideas Principales de cada Capítulo
Los Estudios Historiográficos en Venezuela
¿Existe una Historia de Venezuela?
Esta pregunta posee una fundamentación metodológica: la relación que existe entre la historia entendida como conjunto de hechos históricos y la historia entendida como conocimiento de esos hechos. En este sentido, el acontecer histórico puede ser visto como una realidad que subyace respecto de una elaboración historiográfica o histórica escrita con el cual solo coincide en forma parcial y fragmentaria.
Se establece una coincidencia parcial en cuanto la elaboración historiográfica suele no revelar sino algunos aspectos del acontecer histórico, la elaboración historiográfica solo muestra etapas o segmentos de ese acontecer, dando origen así a “periodos muertos” que ala postre únicamente prueban insuficiente desarrollo de los estudios históricos o carencias o estrechez de miras en los historiadores.
En Venezuela, la relación entre acontecer histórico y conocimiento histórico es sobre todo función del que llamaríamos carácter convencional de nuestra construcción historiográfica, por lo cual se ha admitido denominar historia de Venezuela un determinado tipo de conocimiento del pasado, pero sin poner en claro los criterios asisten a semejante designación.
En cuanto a la temática, es fácil advertir la presencia de aspectos, periodos y puntos sometidos de preferencia al estudio histérico, con abandono de muchos otros importantes, pero bien puede decirse que esa reiteración del estudio se resuelve por lo general en mera representación dotada a lo más de algunas observaciones criticas no siempre afinadas ni metódicamente trabajadas: se hace suma de opiniones mas que comprobación de resultados.
Es precisamente la determinación de ese curso del proceso histórico el que da lugar a las dificultades de periodificación. En los estudios históricos venezolanos el uso y la tradición han conducido en este aspecto al escaso desarrollo de los fondos documentales y a un vicio que denominaremos “jerarquización de los testigos” Por el entendemos una construcción ideológica prejuiciosa que es observable con particularidad en los estudios históricos sobre la Independencia.
En materia de criterios y métodos, patriotismo y narración histórica tienen lugar de historiografía científica. El primero ha conducido ala cristalización del concepto de “historia Patria”, esta historia así concebida ha encontrado su natural vinculo expresivo en la narración épica que, cuando no las desdeña, revela a un segundo plano las cuestiones económico-sociales. Cabe señalar que la narración como vehiculo de expresión del conocimiento histórico ha podido prevalecer gracias a la poca preocupación metodológica de la mayoría de los historiadores.
¿Cómo se ha escrito ha escrito la Historia de Venezuela?
Es en la historia de estudios históricos donde podemos hallar la explicación de los hechos de que hemos venido tratando, pero a condición de que esa historia sea entendida como otra cosa que el recuento de historiadores y obras, y aun que el análisis de corrientes y tendencias. Es decir, esos hechos no se explican por el solo quehacer historiográfico, sino principalmente en el contexto social de esos estudios, pues ese contexto constituye a la vez la condición general del historiador y de su obra.
La muy importante rama de la actividad intelectual de los venezolanos representada por los estudios históricos ha atravesado en este sentido epatas y momentos que se corresponden muy bien con las que podrían considerarse características mas generales de nuestra historiografía, entendiendo por tal, en propiedad de termino, la historiografía republicana.
Esta primera historiografía venezolana esta construida, pues sobre las narraciones de testigos-actores de la Emancipación, cuyo carácter bélico, que condujeron naturalmente al predominio absoluto de la narrativa épica, muy acorde, por otra parte, con el tono del romanticismo literario que campeaba.
En este sentido ideológico, bien podría decirse que se trata de una historiografía heroica para los héroes, pues al sentar la afirmación desde entonces siempre repetida de que la Independencia fue obra concebida por un puñado de aristócratas ilustres, y realizada por unos cuantos mas guerreros, contra la oposición cerrada de un pueblo ignorante de su propio bien.
Esta historiografía se encuentra dominada por un fuerte sentimiento antiespañol, que se expresa no solo en la hostilidad manifiesta contratado lo español, sino también en el concepto de “historia patria”
La vinculación de la historiografía venezolana con el Poder Publico encuentra su más acabada expresión en la que denominamos institucionalización de los estudios historiográficos, cuyo origen puede situarse en la creación de la Academia Nacional de la Historia por Decreto de 28 de octubre de 1888, y en la estructuración del culto a Bolívar como cuestión de Estado.
La institucionalización de los estudios históricos ha significado también el establecimiento de organismos oficiales y privados encargados de promover, conservar y difundir el culto a Bolívar, como eje de un culto heroico que ha llegado convertirse en la segunda religión, una especie de religión cívica.
Edades, Ciclos, Periodos y Corrientes en la Historiografía Venezolana
La preocupación por la evolución de los estudios históricos venezolanos ha dejado huella en la obra de varios historiadores, quienes se esforzaron por demarcar en ella edades, ciclos, periodos y corrientes, con el propósito de constituir un referencial que permitiera no solo la clasificación de autores y obras sino también el trazado de curvas evolutivas.
De excesiva generalización pecaría el juicio de Eloy G. González cuando, en 1916, creyó posible dividir la historia de la historiografía venezolana en dos grandes edades, la de la historia arte y la de la historia humana.
Una década después, Ramón Díaz Sánchez elaboró una periodificación que podría resumirse así: arranca de una etapa revelatoria representada por los primeros cronistas, seguida de una etapa clasicista representada fundamentalmente por José Oviedo y Baños con su Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela, aparecida en Madrid en 1723, y considerada por Díaz Sánchez el primer historiógrafo venezolano. A continuación, un periodo humanístico, representado por intelectuales de…”Espíritu liberal y enciclopédico”…como Sanz, Simón Rodríguez, etc., y la sigue el periodo romántico, el cual…” todo informe y apasionado”… representado por Baralt, Ramón Díaz, Codazzi, etc. Por ultimo, la etapa de la influencia positivista, con Vargas, Toro y Acosta como “precursores”, que recibe la influencia de Adolfo Ernsat y constituye el inicio de la “historiografía científica” vinculada con las ciencias auxiliares y afines.
En otras palabras, aun estamos, en cuanto a los estudios historiográficos, en una primera etapa que consiste en establecer con la mayor exactitud posible el concepto que de la historia tuvieron nuestros más destacados historiadores. Cumplida esta etapa será posible distribuirlos en corrientes y movimientos con propiedad, sin incurrir en generalizaciones violentas ni en apreciaciones parciales o fragmentarias.
¿Cómo se Escribe la Historia de Venezuela?
En ese panorama aparece un hecho nuevo: al lado de la historiografía oficial e institucionalizada, hasta no hace mucho la única cultivada sistemáticamente en Venezuela, surgen dos nuevos sectores: la historiografía fomentada por instituciones privadas y la gestada en escuelas universitarias.
Una de las características de la historiografía venezolana es su tono heroico, que la hacia cónsona con una etapa determinada de nuestro desarrollo histórico.
La nueva historia se caracteriza `por una actitud critica y revisionista constructiva, por un propósito de depuración metodológica y de enriquecimiento filosófico, y por la ampliación del campo de la investigación histórica. Con ello se espera arraigar la nueva historiografía en los mejores y más fecundos aportes de la historiografía tradicional, y promover el conjunto de los estudios históricos a un estado de intenso desarrollo y fortalecimiento.
Nuevas Tareas y Nuevas Orientaciones
La respuesta a esa solicitud conduce a la ubicación del historiador en el vasto frente de los estudiosos de ciencias sociales e históricas cuyos afanes se dirigen al establecimiento de un conocimiento científico y articulado de la realidad nacional, de interés para la construcción del presente, sin que ello implique incurrir en elemental pragmatismo.
La incorporación de nuevas parcelas de conocimiento histórico, por masiva y atinada que pueda ser, adolecería de dispersión y configuraría a la postre una visión desarticulada si no fragmentaria de la historia de Venezuela.
Como factor condicionante general de todo este proceso de reestructuración de los estudios históricos venezolanos, está la necesidad de reorientar y estimular la critica histórica y la critica historiográfica.
En suma, diríamos que a la nueva historiografía venezolana se enfrenta a un complejo de tareas de orden propiamente científico, en cuya realización se ve solicitada por orientaciones emanadas de opuestas concepciones de la historia.
Agregados de Datos, Filiación, Explicación, Generalización y Conocimiento Histórico
La necesidad de profesar historia de Venezuela es inmejorable terreno de pruebas para quien se ocupa de investigarla animado por la inquietud de contribuir a la depuración de su metodología.
La ausencia de estudios metodológicos sistemáticos ha impedido a la historiografía venezolana el aprovechamiento, en pro de su mejor desarrollo, de energías que se pierden en estudios intrascendentes y deleznables, y a la persistencia de vicios cuyo efecto llega a comprometer la validez del conjunto fe la obra historiográfica.
Tanto los agregados de datos como la filiación de las cuestiones que ellos permiten establecer, constituyen fases o momentos del proceso de elaboración del conocimiento histórico, el cual solo se alcanza cuando se consigue explicar los hechos o fenómenos objeto de estudio.
Los Agregados de Datos:
Equivalen a la redacción e los resultados parciales obtenidos en la fase del proceso de la investigación documental que se designa como “agrupación y ordenación de los datos”. Consiste esta etapa en agrupar y ordenar los datos recogidos en fichas, disponiéndolos según el esquema contenido en el plan inicial, en un proceso critico de doble orientación: a) Permite agrupar los datos de acuerdo con las partes contempladas en el plan, a la vez que permite la critica y el ajuste de ese mismo plan; b) Comporta la ordenación de esos datos recogidos en fichas de acuerdo con criterios que pueden ser: crono-espacial, material (temático o estructural) e integracional.
En suma, al cabo de la operación tendremos un conjunto de datos, recogidos en fichas, agrupados en un fichero que reproduce las partes y subpartes del plan de trabajo, ya ajustado, y los mismos datos ordenados en su sector correspondiente del fichero, con arreglo a criterios.
Filiación, Explicación y Generalización
¿En que consiste la explicación como etapa siguiente a la filiación? Consiste en responder al por qué de esa filiación, la cual nos revela el como del asunto estudiado. En este sentido, la filiación cumpliría una función previa y necesaria respecto da la explicación histórica, pues esta, en atención al método histórico mismo, no podría ser jamás una explicación del presente histórico, sino que para ella todo presente objeto de explicación aparecerá siempre como un momento, intermedio o final, de una filiación.
En historia, toda generalización depende de la cantidad y la calidad de los datos. A su vez tanto la cantidad como la calidad de los datos guardan entre si una relación de dependencia reciproca que no debe perderse de vista al apreciarlas en función de la generalización.
Conocimiento Histórico
Superada la concepción de ese conocimiento como simple acumulación de información acerca de hachos y procesos, no se le puede ver sino de acuerdo con las características generales del conocimiento científico. Igualmente la investigación histórica se asimilara en su sentido básico a la investigación científica. Trátese de comprender, de explicar o de interpretar.
De acuerdo con los criterios historiográficos, solo faltaría el requisito de contemporaneidad para que pueda calificarse de crónica el producto historiográfico que no supera el nivel de la acumulación de información relativa a un fenómeno histórico.
Por eso se designa esta elaboración historiográfica como historia narrativa, en contraposición con otro tipo de historia, la interpretativa, cuyos fundamentos metodológicos no han sido objeto todavía, en la historiografía venezolana, e una formulación orgánica.
Conclusiones
Los agregados de datos constituyen la presentación de los resultados obtenidos en el curso de la investigación histórica, una vez que se han completado las etapas de formación y acopio de datos, y de agrupación y ordenamiento de los mismos.
La presentación de los agregados de datos como conocimiento histórico se halla relacionado con la confusión, presente en la historiografía venezolana, entre filiación y explicación.
El trazado de la línea evolutiva de un proceso o fenómeno histórico (filiación), es necesaria para su explicación, pero no constituye, propiamente, esta ultima.
Quizás deba buscarse la razón de esas dificultades, fundamentalmente, en una defectuosa marcha del conocimiento científico, y en el miedo a la definición de categorías.
Apéndice A, B Y C
Para el investigador, el tratamiento el tratamiento de un texto es básicamente su utilización para los fines de una investigación, dejando de lado los fines no menos importantes aunque diferentes de conservación y difusión del mismo, es decir, el texto se presenta fundamentalmente como una veta de datos potenciales que se actualizan en función del interés del investigador y de su respaldo cultural general –en su mas amplio sentido- y especifico referido a la materia que investiga.
En otras palabras, el historiador no solo ha de ser capaz de leer y comprender lo leído, sino que ha de poder captar lo fundamental, y ha de ser capaz de desentrañar la estructura de la cual forma parte el elemento fundamental seleccionado por el, puesto que de la relación con la estructura y de la logicidad de esta puede colegiarse gran parte de la solidez de lo seleccionado.
Consecuente con su relación escolar, el alumno emplea la narración para desarrollar cualquier tipo de tema que se proponga. Incapacitado para distinguir las particularidades de los temas, encuentra dificultades frecuentemente insuperables en formar un plan de trabajo acorde con esas particularidades.
Cuestiones Económico-Sociales de la Emancipación
Las cuestiones económicos-sociales presentes en proceso de emancipación hispano-americano, han sido ya objeto de abundantes investigaciones, cuyos resultados van desde la generalización gratuita y abusiva hasta la farragosa reconstrucción documental. Pero, aumenta constantemente la bibliografía en la materia y, sin embargo, es lícito preguntarse acerca de su aportación real al esclarecimiento de los problemas fundamentales.
I. ¿La Independencia fue una Revolución?
La historiografía tradicional lo ha calificado indistintamente de revolución y de guerra, y se ha ocupado de establecer la naturaleza de estas: social, política, civil, internacional, etc.
En la actualidad, y por obra tanto de los estudios sobre las cuestiones económico-sociales de la Emancipación como por el mejor conocimiento del siglo XIX en general, se hace mas patente el contenido revolucionario de ese momento de nuestra historia. Si aún se vacila en calificarlo, en propiedad, de revolución, ello se debe quizá, en gran parte, a la todavía imprecisa calificación de las formas económico-sociales de la segunda mitad del siglo XIX.
II. Los Temas Económico-Sociales y la Historiografía Venezolana
Este incremento del estudio de la historia económico-social de la Independencia marca la superación de una etapa de la historiografía hispanoamericana en la cual predominaron de manera absoluta los temas militares y políticos.
En las principales obras de historiografía venezolana se advierten, en general, los rasgos apuntados por Griffin: es frecuente el tratamiento de las cuestiones económico-sociales como parte del telón de fondo –más amplio, puesto que incluye lo ideológico y cultural-, que suele componerse para que sirva la mejor presentación de las vidas de próceres.
III. El Marxismo y la Historiografía Venezolana sobre la Emancipación
La historiografía marxista venezolana aparece, como producto definido, con la obra de Carlos Irazábal, Hacia la Democracia. Esa obra, publicada en 1939, ha tenido una indudable repercusión en los estudios históricos venezolanos. Su repercusión se ha debido a que representa el surgimiento de una nueva concepción de la historia aplicada a la historia de Venezuela.
La historiografía marxista venezolana muestra una tendencia hacia la depuración de sus criterios, y da prueba de un constante esfuerzo crítico de revisión de los resultados.
Cabe destacar que la historiografía marxista venezolana, tan reciente en su aparición y tan accidentada en su vida, ha mostrado, a la par, capacidad de depuración y cierta prudencia en los objetivos que se ha fijado.
No podemos valorar, con precisión y comparativamente, el aporte de la historiografía marxista al desarrollo de los estudios históricos en Venezuela, hasta el punto de fijar hoy su pauta más general: la preocupación primordial por el estudio de las cuestiones económico-sociales de nuestra historia.
A través del presente análisis minucioso del Libro Cuestiones de Historiografía Venezolana Del Autor Germán Carrera Damas se pretende dejar en claro todos los aspectos propuestos por el autor, dividido en cuatro trabajos, los cuales tienen relación temática el dar fe de la continuidad de una preocupación activa por los estudios históricos venezolanos. Convencidos cada vez mas, como resultado de la docencia y de la investigación, de que la vasta e interesante empresa de reorientar y depurar los estudios históricos venezolanos en orden a realzar su carácter científico, requiere un conocimiento critico ajustado a la realidad de esos estudios y la definición y elaboración de un rico instrumental interpretativo y metodológico.
El primer trabajo presentado por el autor es un ensayo, “Sobre los estudios históricos en Venezuela” con el fin de formar, junto con diversos ensayos de autores venezolanos acerca de otros temas, un volumen dedicado al conocimiento de Venezuela que habrá que editarse en ruso. Aquí se reflexiona sobre algunos de los sentidos mas generales de esos estudios, poniendo énfasis en la labor que en ellos compete al nuevo historiador.
El segundo trabajo “Agregados de datos, filiación, explicación, generalización y conocimiento histórico” debe verse como un incipiente ensayo de tratamiento metodológico de algunos problemas estructurales de la historiografía venezolana.
El tercer trabajo “Cuestiones económico-sociales de la Emancipación” esta realizado como una reflexión critica sobre los planteamientos de Charles C. Griffin.
Y el último, “Sobre el estudio de la historia en la Universidad” constituye un paso más en el sentido de la búsqueda de una orientación para los estudios universitarios de historia.
Titulo: Ensayo y Crítica Histórica sobre
Cuestiones de Historiografía Venezolana
Del Autor: Germán Carrera Damas
Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela. 1964
1.- Historia de la Obra (contextualizada)
Esta obra fue escrita bajo la preocupación activa por los estudios históricos venezolanos, a la par la preocupación por la docencia, al fundar en la Escuela de historia de la Universidad Central de Venezuela el Seminario de Historia de la Historiografía Venezolana, de allí el autor inicio sus imprescindibles investigaciones historiográficas previas a todo intento de historiar nuestros estudios históricos con la necesaria fundamentación científica.
Con dar cohesión a estas labores, es autor emprendió la estructuración de la cátedra de Historia de la Historiografía Venezolana, la cual se imparte en forma experimental desde el año escolar 1961-1962, incorporando los resultados de la propia investigación y la del Seminario
2.- Estructura y Contenido (conformación)
Advertencia
Los Estudios Historiográficos en Venezuela
¿Existe una Historia de Venezuela?
¿Cómo se ha escrito ha escrito la Historia de Venezuela?
Edades, ciclos, periodos y corrientes en la historiografía venezolana
¿Cómo se escribe la historia de Venezuela?
Nuevas tareas y nuevas orientaciones
Agregados de Datos, Filiación, Explicación, Generalización y Conocimiento Histórico
Introducción
I. Los agregados de datos
II. Filiación, explicación y generalización
III. Conocimiento histórico
Conclusiones
Apéndice A
Apéndice B
Apéndice C
Cuestiones Económico-Sociales de la Emancipación
I. ¿La Independencia fue una revolución?
II. Los temas económico-sociales y la historiografía venezolana
III. El marxismo y la historiografía venezolana sobre la Emancipación
IV. Algunas cuestiones particulares
Sobre el Estudio de la Historia en la Universidad
Concepción científica moderna de los estudios históricos
La escuela universitaria de historia y el desarrollo de los estudios históricos
Importancia de la diversificación de los centros de investigación histórica
Docencia e investigación en las escuelas universitarias de historia
Importancia de la investigación histórica en la Universidad
3.- Ideas Principales de cada Capítulo
Los Estudios Historiográficos en Venezuela
¿Existe una Historia de Venezuela?
Esta pregunta posee una fundamentación metodológica: la relación que existe entre la historia entendida como conjunto de hechos históricos y la historia entendida como conocimiento de esos hechos. En este sentido, el acontecer histórico puede ser visto como una realidad que subyace respecto de una elaboración historiográfica o histórica escrita con el cual solo coincide en forma parcial y fragmentaria.
Se establece una coincidencia parcial en cuanto la elaboración historiográfica suele no revelar sino algunos aspectos del acontecer histórico, la elaboración historiográfica solo muestra etapas o segmentos de ese acontecer, dando origen así a “periodos muertos” que ala postre únicamente prueban insuficiente desarrollo de los estudios históricos o carencias o estrechez de miras en los historiadores.
En Venezuela, la relación entre acontecer histórico y conocimiento histórico es sobre todo función del que llamaríamos carácter convencional de nuestra construcción historiográfica, por lo cual se ha admitido denominar historia de Venezuela un determinado tipo de conocimiento del pasado, pero sin poner en claro los criterios asisten a semejante designación.
En cuanto a la temática, es fácil advertir la presencia de aspectos, periodos y puntos sometidos de preferencia al estudio histérico, con abandono de muchos otros importantes, pero bien puede decirse que esa reiteración del estudio se resuelve por lo general en mera representación dotada a lo más de algunas observaciones criticas no siempre afinadas ni metódicamente trabajadas: se hace suma de opiniones mas que comprobación de resultados.
Es precisamente la determinación de ese curso del proceso histórico el que da lugar a las dificultades de periodificación. En los estudios históricos venezolanos el uso y la tradición han conducido en este aspecto al escaso desarrollo de los fondos documentales y a un vicio que denominaremos “jerarquización de los testigos” Por el entendemos una construcción ideológica prejuiciosa que es observable con particularidad en los estudios históricos sobre la Independencia.
En materia de criterios y métodos, patriotismo y narración histórica tienen lugar de historiografía científica. El primero ha conducido ala cristalización del concepto de “historia Patria”, esta historia así concebida ha encontrado su natural vinculo expresivo en la narración épica que, cuando no las desdeña, revela a un segundo plano las cuestiones económico-sociales. Cabe señalar que la narración como vehiculo de expresión del conocimiento histórico ha podido prevalecer gracias a la poca preocupación metodológica de la mayoría de los historiadores.
¿Cómo se ha escrito ha escrito la Historia de Venezuela?
Es en la historia de estudios históricos donde podemos hallar la explicación de los hechos de que hemos venido tratando, pero a condición de que esa historia sea entendida como otra cosa que el recuento de historiadores y obras, y aun que el análisis de corrientes y tendencias. Es decir, esos hechos no se explican por el solo quehacer historiográfico, sino principalmente en el contexto social de esos estudios, pues ese contexto constituye a la vez la condición general del historiador y de su obra.
La muy importante rama de la actividad intelectual de los venezolanos representada por los estudios históricos ha atravesado en este sentido epatas y momentos que se corresponden muy bien con las que podrían considerarse características mas generales de nuestra historiografía, entendiendo por tal, en propiedad de termino, la historiografía republicana.
Esta primera historiografía venezolana esta construida, pues sobre las narraciones de testigos-actores de la Emancipación, cuyo carácter bélico, que condujeron naturalmente al predominio absoluto de la narrativa épica, muy acorde, por otra parte, con el tono del romanticismo literario que campeaba.
En este sentido ideológico, bien podría decirse que se trata de una historiografía heroica para los héroes, pues al sentar la afirmación desde entonces siempre repetida de que la Independencia fue obra concebida por un puñado de aristócratas ilustres, y realizada por unos cuantos mas guerreros, contra la oposición cerrada de un pueblo ignorante de su propio bien.
Esta historiografía se encuentra dominada por un fuerte sentimiento antiespañol, que se expresa no solo en la hostilidad manifiesta contratado lo español, sino también en el concepto de “historia patria”
La vinculación de la historiografía venezolana con el Poder Publico encuentra su más acabada expresión en la que denominamos institucionalización de los estudios historiográficos, cuyo origen puede situarse en la creación de la Academia Nacional de la Historia por Decreto de 28 de octubre de 1888, y en la estructuración del culto a Bolívar como cuestión de Estado.
La institucionalización de los estudios históricos ha significado también el establecimiento de organismos oficiales y privados encargados de promover, conservar y difundir el culto a Bolívar, como eje de un culto heroico que ha llegado convertirse en la segunda religión, una especie de religión cívica.
Edades, Ciclos, Periodos y Corrientes en la Historiografía Venezolana
La preocupación por la evolución de los estudios históricos venezolanos ha dejado huella en la obra de varios historiadores, quienes se esforzaron por demarcar en ella edades, ciclos, periodos y corrientes, con el propósito de constituir un referencial que permitiera no solo la clasificación de autores y obras sino también el trazado de curvas evolutivas.
De excesiva generalización pecaría el juicio de Eloy G. González cuando, en 1916, creyó posible dividir la historia de la historiografía venezolana en dos grandes edades, la de la historia arte y la de la historia humana.
Una década después, Ramón Díaz Sánchez elaboró una periodificación que podría resumirse así: arranca de una etapa revelatoria representada por los primeros cronistas, seguida de una etapa clasicista representada fundamentalmente por José Oviedo y Baños con su Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela, aparecida en Madrid en 1723, y considerada por Díaz Sánchez el primer historiógrafo venezolano. A continuación, un periodo humanístico, representado por intelectuales de…”Espíritu liberal y enciclopédico”…como Sanz, Simón Rodríguez, etc., y la sigue el periodo romántico, el cual…” todo informe y apasionado”… representado por Baralt, Ramón Díaz, Codazzi, etc. Por ultimo, la etapa de la influencia positivista, con Vargas, Toro y Acosta como “precursores”, que recibe la influencia de Adolfo Ernsat y constituye el inicio de la “historiografía científica” vinculada con las ciencias auxiliares y afines.
En otras palabras, aun estamos, en cuanto a los estudios historiográficos, en una primera etapa que consiste en establecer con la mayor exactitud posible el concepto que de la historia tuvieron nuestros más destacados historiadores. Cumplida esta etapa será posible distribuirlos en corrientes y movimientos con propiedad, sin incurrir en generalizaciones violentas ni en apreciaciones parciales o fragmentarias.
¿Cómo se Escribe la Historia de Venezuela?
En ese panorama aparece un hecho nuevo: al lado de la historiografía oficial e institucionalizada, hasta no hace mucho la única cultivada sistemáticamente en Venezuela, surgen dos nuevos sectores: la historiografía fomentada por instituciones privadas y la gestada en escuelas universitarias.
Una de las características de la historiografía venezolana es su tono heroico, que la hacia cónsona con una etapa determinada de nuestro desarrollo histórico.
La nueva historia se caracteriza `por una actitud critica y revisionista constructiva, por un propósito de depuración metodológica y de enriquecimiento filosófico, y por la ampliación del campo de la investigación histórica. Con ello se espera arraigar la nueva historiografía en los mejores y más fecundos aportes de la historiografía tradicional, y promover el conjunto de los estudios históricos a un estado de intenso desarrollo y fortalecimiento.
Nuevas Tareas y Nuevas Orientaciones
La respuesta a esa solicitud conduce a la ubicación del historiador en el vasto frente de los estudiosos de ciencias sociales e históricas cuyos afanes se dirigen al establecimiento de un conocimiento científico y articulado de la realidad nacional, de interés para la construcción del presente, sin que ello implique incurrir en elemental pragmatismo.
La incorporación de nuevas parcelas de conocimiento histórico, por masiva y atinada que pueda ser, adolecería de dispersión y configuraría a la postre una visión desarticulada si no fragmentaria de la historia de Venezuela.
Como factor condicionante general de todo este proceso de reestructuración de los estudios históricos venezolanos, está la necesidad de reorientar y estimular la critica histórica y la critica historiográfica.
En suma, diríamos que a la nueva historiografía venezolana se enfrenta a un complejo de tareas de orden propiamente científico, en cuya realización se ve solicitada por orientaciones emanadas de opuestas concepciones de la historia.
Agregados de Datos, Filiación, Explicación, Generalización y Conocimiento Histórico
La necesidad de profesar historia de Venezuela es inmejorable terreno de pruebas para quien se ocupa de investigarla animado por la inquietud de contribuir a la depuración de su metodología.
La ausencia de estudios metodológicos sistemáticos ha impedido a la historiografía venezolana el aprovechamiento, en pro de su mejor desarrollo, de energías que se pierden en estudios intrascendentes y deleznables, y a la persistencia de vicios cuyo efecto llega a comprometer la validez del conjunto fe la obra historiográfica.
Tanto los agregados de datos como la filiación de las cuestiones que ellos permiten establecer, constituyen fases o momentos del proceso de elaboración del conocimiento histórico, el cual solo se alcanza cuando se consigue explicar los hechos o fenómenos objeto de estudio.
Los Agregados de Datos:
Equivalen a la redacción e los resultados parciales obtenidos en la fase del proceso de la investigación documental que se designa como “agrupación y ordenación de los datos”. Consiste esta etapa en agrupar y ordenar los datos recogidos en fichas, disponiéndolos según el esquema contenido en el plan inicial, en un proceso critico de doble orientación: a) Permite agrupar los datos de acuerdo con las partes contempladas en el plan, a la vez que permite la critica y el ajuste de ese mismo plan; b) Comporta la ordenación de esos datos recogidos en fichas de acuerdo con criterios que pueden ser: crono-espacial, material (temático o estructural) e integracional.
En suma, al cabo de la operación tendremos un conjunto de datos, recogidos en fichas, agrupados en un fichero que reproduce las partes y subpartes del plan de trabajo, ya ajustado, y los mismos datos ordenados en su sector correspondiente del fichero, con arreglo a criterios.
Filiación, Explicación y Generalización
¿En que consiste la explicación como etapa siguiente a la filiación? Consiste en responder al por qué de esa filiación, la cual nos revela el como del asunto estudiado. En este sentido, la filiación cumpliría una función previa y necesaria respecto da la explicación histórica, pues esta, en atención al método histórico mismo, no podría ser jamás una explicación del presente histórico, sino que para ella todo presente objeto de explicación aparecerá siempre como un momento, intermedio o final, de una filiación.
En historia, toda generalización depende de la cantidad y la calidad de los datos. A su vez tanto la cantidad como la calidad de los datos guardan entre si una relación de dependencia reciproca que no debe perderse de vista al apreciarlas en función de la generalización.
Conocimiento Histórico
Superada la concepción de ese conocimiento como simple acumulación de información acerca de hachos y procesos, no se le puede ver sino de acuerdo con las características generales del conocimiento científico. Igualmente la investigación histórica se asimilara en su sentido básico a la investigación científica. Trátese de comprender, de explicar o de interpretar.
De acuerdo con los criterios historiográficos, solo faltaría el requisito de contemporaneidad para que pueda calificarse de crónica el producto historiográfico que no supera el nivel de la acumulación de información relativa a un fenómeno histórico.
Por eso se designa esta elaboración historiográfica como historia narrativa, en contraposición con otro tipo de historia, la interpretativa, cuyos fundamentos metodológicos no han sido objeto todavía, en la historiografía venezolana, e una formulación orgánica.
Conclusiones
Los agregados de datos constituyen la presentación de los resultados obtenidos en el curso de la investigación histórica, una vez que se han completado las etapas de formación y acopio de datos, y de agrupación y ordenamiento de los mismos.
La presentación de los agregados de datos como conocimiento histórico se halla relacionado con la confusión, presente en la historiografía venezolana, entre filiación y explicación.
El trazado de la línea evolutiva de un proceso o fenómeno histórico (filiación), es necesaria para su explicación, pero no constituye, propiamente, esta ultima.
Quizás deba buscarse la razón de esas dificultades, fundamentalmente, en una defectuosa marcha del conocimiento científico, y en el miedo a la definición de categorías.
Apéndice A, B Y C
Para el investigador, el tratamiento el tratamiento de un texto es básicamente su utilización para los fines de una investigación, dejando de lado los fines no menos importantes aunque diferentes de conservación y difusión del mismo, es decir, el texto se presenta fundamentalmente como una veta de datos potenciales que se actualizan en función del interés del investigador y de su respaldo cultural general –en su mas amplio sentido- y especifico referido a la materia que investiga.
En otras palabras, el historiador no solo ha de ser capaz de leer y comprender lo leído, sino que ha de poder captar lo fundamental, y ha de ser capaz de desentrañar la estructura de la cual forma parte el elemento fundamental seleccionado por el, puesto que de la relación con la estructura y de la logicidad de esta puede colegiarse gran parte de la solidez de lo seleccionado.
Consecuente con su relación escolar, el alumno emplea la narración para desarrollar cualquier tipo de tema que se proponga. Incapacitado para distinguir las particularidades de los temas, encuentra dificultades frecuentemente insuperables en formar un plan de trabajo acorde con esas particularidades.
Cuestiones Económico-Sociales de la Emancipación
Las cuestiones económicos-sociales presentes en proceso de emancipación hispano-americano, han sido ya objeto de abundantes investigaciones, cuyos resultados van desde la generalización gratuita y abusiva hasta la farragosa reconstrucción documental. Pero, aumenta constantemente la bibliografía en la materia y, sin embargo, es lícito preguntarse acerca de su aportación real al esclarecimiento de los problemas fundamentales.
I. ¿La Independencia fue una Revolución?
La historiografía tradicional lo ha calificado indistintamente de revolución y de guerra, y se ha ocupado de establecer la naturaleza de estas: social, política, civil, internacional, etc.
En la actualidad, y por obra tanto de los estudios sobre las cuestiones económico-sociales de la Emancipación como por el mejor conocimiento del siglo XIX en general, se hace mas patente el contenido revolucionario de ese momento de nuestra historia. Si aún se vacila en calificarlo, en propiedad, de revolución, ello se debe quizá, en gran parte, a la todavía imprecisa calificación de las formas económico-sociales de la segunda mitad del siglo XIX.
II. Los Temas Económico-Sociales y la Historiografía Venezolana
Este incremento del estudio de la historia económico-social de la Independencia marca la superación de una etapa de la historiografía hispanoamericana en la cual predominaron de manera absoluta los temas militares y políticos.
En las principales obras de historiografía venezolana se advierten, en general, los rasgos apuntados por Griffin: es frecuente el tratamiento de las cuestiones económico-sociales como parte del telón de fondo –más amplio, puesto que incluye lo ideológico y cultural-, que suele componerse para que sirva la mejor presentación de las vidas de próceres.
III. El Marxismo y la Historiografía Venezolana sobre la Emancipación
La historiografía marxista venezolana aparece, como producto definido, con la obra de Carlos Irazábal, Hacia la Democracia. Esa obra, publicada en 1939, ha tenido una indudable repercusión en los estudios históricos venezolanos. Su repercusión se ha debido a que representa el surgimiento de una nueva concepción de la historia aplicada a la historia de Venezuela.
La historiografía marxista venezolana muestra una tendencia hacia la depuración de sus criterios, y da prueba de un constante esfuerzo crítico de revisión de los resultados.
Cabe destacar que la historiografía marxista venezolana, tan reciente en su aparición y tan accidentada en su vida, ha mostrado, a la par, capacidad de depuración y cierta prudencia en los objetivos que se ha fijado.
No podemos valorar, con precisión y comparativamente, el aporte de la historiografía marxista al desarrollo de los estudios históricos en Venezuela, hasta el punto de fijar hoy su pauta más general: la preocupación primordial por el estudio de las cuestiones económico-sociales de nuestra historia.
IV. Algunas Cuestiones Particulares
La segunda conferencia (“Aspectos Económicos de la Época de la Independencia Hispanoamericana”) y la tercera (“La Evolución Social en la Época de la Independencia Hispanoamericana”), forman un vasto esquema que será sin duda de gran utilidad para los investigadores.
Entre estas cuestiones merecen destacarse: a) El empleo de la denominación…”agricultura capitalista en gran escala”… para referirse al sector de las grandes haciendas coloniales, que si bien producían para el mercado lo hacían como mano de obra esclava y semiesclava (peones); b) No se toman en consideración, suficientemente, los problemas eolíticos implicados en la libertad de comercio, cuyas repercusiones sobre las incipientes artesanía y manufactura nacidas en la colonia, son examinadas en términos principalmente económicos; c) La aseveración de que: “ En general puede afirmarse que los gobiernos patriotas fueron mas arbitrarios en sus procedimientos fiscales de lo que lo habían sido los gobiernos coloniales”…
Sobre el Estudio de la Historia en la Universidad
Ya es un lugar común el señalar deficiencias en la enseñanza de la historia en los primeros ciclos de la instrucción. Podrían resumirse así: una rudimentaria concepción de la disciplina e inadecuadas técnicas pedagógicas se combinan para hacer una materia muerta, abrumadora por el esfuerzo memorizador que impone y desalentadora por su farragosa inutilidad, que la debería ser elemento formativo básico de la cultura del estudiante.
Se ha querido subsanar esta situación mediante la implantación de la llamada Historia Documental y Crítica. Sin olvidar que en no pocas ocasiones tras denominación tan ambiciosa prosigue la misma enseñanza rutinaria y tediosa que muy poco tiene de documental y menos aun de crítica.
De allí que al ingresar a una escuela universitaria de historia, el estudiante no advierte fácilmente el vinculo que pueda existir entre algunos estudios que en ella se realizan y lo que hasta el momento había tenido por aprendizaje de la historia.
Este es, al parecer, el momento critico en la formación del alumno universitario de historia. Abocado a la necesidad de promoverse a si mismo a un nivel mas alto del aprendizaje, y puesto en contacto con la enseñanza metódica y critica.
Concepción Científica Moderna de los Estudios Históricos
No han faltado voces pedagógicas que, preocupadas por evitarle al estudiante semejante trance, abogan por un prudente acercamiento entre el nivel inicial de la enseñanza universitaria de la historia y el alcanzado en la secundaria.
Por eso la escuela universitaria de historia debe impartir una enseñanza regida por una concepción científica moderna de los estudios históricos.
Antes que saber historia, la finalidad debe ser aprender a estudiar y a investigar historia. De esta manera tanto el docente como el investigador profesional podrán desarrollar su labor con una actitud creadora, propia para liberar la disciplina de los defectos de enseñanza que hemos anotado.
Concebimos, de esta manera, una escuela universitaria de historia estructurada en torno a un núcleo formado por las materias de índole metodológica, técnica y filosófica, encargadas de proveer los instrumentos que el alumno empleara para captar de manera critica y creadora las demás materias.
La meta general de toda esta preparación debería consistir en que los egresados de una escuela universitaria de historia se encuentren debidamente preparados tanto para el ejercicio de la docencia como para tares de investigación, y esto ultimo ya sea de manera complementaria a la docencia, ya sea como especialidad.
La Escuela Universitaria de Historia y el Desarrollo de los Estudios Históricos
El estado de desarrollo de los estudios históricos en Venezuela, apreciado no por la abundancia de las producciones sino por el grado de afinamiento y de depuración alcanzado en la metodología y en la definición de criterios interpretativos, debe ser punto de referencia en la orientación de los estudios históricos a nivel universitario.
Con ello las escuelas universitarias de historia asumirán funciones que han sido desempeñadas de manera fragmentaria y esporádica por autores individuales.
De allí que el desarrollo de los estudios históricos pareciera depender de dos grandes factores: el clima general imperante en esos estudios y el fomento de la investigación científica en historia. Lo que denominaremos clima general imperante en los estudios es, en realidad, el resultado acumulativo de esos estudios. En el encontramos, conviviendo, las reliquias de los mas diversos estilos y concepciones.
La investigación histórica ha de desenvolverse dentro de ese clima, que la condiciona de manera global; de el ha de nutrirse y a el ingresan sus productos.
Importancia de la Diversificación de los Centros de Investigación Histórica
La estrecha vinculación existente entre el clima general de los estudios históricos y el desarrollo de la investigación científica en historia, es quizás la cuestión fundamental en relación con las perspectivas de fomento critico y científico de la ciencia histórica. Constituye el condicionamiento social de tales esfuerzos.
La intima conexión que existe entre los estudios históricos y la conciencia nacional, hace que ante ellos no sean indiferentes el Poder Publico y los diversos núcleos de opinión y corporaciones que participan en la vida del país. Es precisamente el interés del Estado, expresado mediante corporaciones encargadas de manejar el acervo histórico, y gracias de la instrucción publica, lo que ha dado origen a la llamada Historia Oficial.
Se inicia en nuestro país un nuevo tipo de historia, que calificaríamos de privada, y la entendemos sujeta a corporaciones de esa índole: fundaciones y universidades y colegios no nacionales, principalmente.
Esta identificación significa, en el orden metodológico y filosófico, unidad de métodos y de criterios, con el consiguiente fortalecimiento de los mismos.
El docente y el investigador universitario de historia, en régimen de autonomía, puede dar libre curso a su espíritu de búsqueda crítica y de depuración metodológica.
Docencia e Investigación en las Escuelas Universitarias de Historia
La función investigadora del docente esta en permanente ejercicio como recolector y organizador critico de conocimientos habrá de conducirle al hallazgo de dificultades urgidas de investigación, y no es poco lo que esto puede representar como contribución al desarrollo de los estudios históricos.
El deber del docente universitario de historia se polariza mas hacia la investigación científica, si se admite la función de la escuela universitaria de historia, en las circunstancias anotadas, como centro de elaboración y comprobación de conocimientos que al ser impartidos repercutirán en la elevación del nivel de los estudios históricos y en la transformación del ambiente general de esos estudios.
Importancia de la Investigación Histórica en la Universidad
Afortunadamente para las “humanidades”, y entre ellas para los estudios históricos, crece en el ámbito universitario la comprensión de su importancia, y la obra desarrollada para alcanzar un acercamiento cada vez mas estrecho entre “científicos” y “humanistas”, como parte de una concepción unitaria de la cultura y de la universidad.
En resumen, las escuelas universitarias de historia, gracias a las condiciones en que se desenvuelven dentro del régimen autonómico de las universidades nacionales, tienen planteada la tarea de contribuir cada vez más determinantemente a la consolidación y ampliación de un logro de las universidades venezolanas en el campo de los estudios históricos ya que han sido objeto de pleno reconocimiento.
Pero esa transformación decisiva de la concepción de la historia, obliga a las escuelas universitarias de historia a la búsqueda de sistemas y procedimientos que permitan la irradiación de lo que se vaya logrando de ese propósito, hasta los mas elementales peldaños de la enseñanza, con lo cual era posible salvar la dificultad.
4.- Fundamentación Teórica
En esta obra el autor se rige por la corriente de pensamiento del Positivismo, la cual consiste en no admitir como validos científicamente otros conocimientos, sino los que proceden de la experiencia, rechazando, por tanto, toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto. El hecho es la única realidad científica, y la experiencia y la inducción, los métodos exclusivos de la ciencia. Por su lado negativo, el positivismo es negación de todo ideal, de los principios absolutos y necesarios de la razón, es decir, de la metafísica. El positivismo es una mutilación de la inteligencia humana, que hace posible, no sólo, la metafísica, sino la ciencia misma. Esta, sin los principios ideales, queda reducida a una nomenclatura de hechos, y la ciencia es una colección de experiencias, sino la idea general, la ley que interpreta la experiencia y la traspasa. Considerado como sistema religioso, el positivismo es el culto de la humanidad como ser total y simple o singular.
Su fundador o precursor fue Augusto Comte (1798-1857), es la doctrina que reduce lo real a lo experimental. Esta doctrina comprende no solo una teoría de la ciencia sino también y muy especialmente una reforma de la sociedad y una religión.
5.- Ideas sobre la obra que maneja el autor
A través del libro Cuestiones de Historiografía Venezolana se recoge cuatro trabajos que a más de relación temática tienen en común el dar fe a la continuidad de una preocupación activa por los estudios historiográficos venezolanos, convencidos cada vez mas, como resultado de la docencia y de la investigación, de que la vasta e interesante empresa de reorientar y depurar los estudios históricos venezolanos en orden de realzar su carácter científico, requiere un conocimiento critico ajustado a la realidad de esos estudios y la definición y elaboración de un rico instrumental interpretativo y metodológico.
El autor en esta obra pretende presentar sistemáticamente un panorama de los estudios históricos en Venezuela, los enfoca como un producto histórico, en el cual es posible apreciar líneas generales de evolución, susceptibles de indagación critica tendiente a facilitar la comprensión del estado actual de esos estudios, de sus métodos y resultados y, sobre todo, de las urgentes tareas que hoy se plantean los historiadores venezolanos animados de una preocupación científica, y resueltos a contribuir con una mas afinada comprensión del pasado al correcto planteamiento de situaciones presentes que reclaman la consecuencia del historiador con un claro sentido de su función social.
6.- Sustentación documental y bibliograficas de la obra
En esta obra el autor utilizo gran cantidad de material bibliográfico, que sustentan sus ideas fundamentales, algunos de ellos son:
GONZALEZ G, Eloy:
“En la recepción [académica] de F. Jiménez Arraiz”. En la Tribuna y en la Cátedra, Caracas, Tip. Garrido 1955.
BRICEÑO-IRAGORRY, Mario:
“Nuestros estudios históricos”. Introducción y defensa de nuestra historia, Caracas, Tip. Americana, 1952.
DIAZ SANCHEZ, Ramón:
Evolución de la Historiografía venezolana, (Colección Letras Venezolanas Nº 3). Caracas, Ministerio de Educación, 1956.
CARRERA DAMAS, Germán:
Historia de la historiografía Venezolana, Caracas, Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela, 1961.
GRIFFIN C, Charles:
Los temas sociales y económicos en la época de la independencia Caracas, Publicación de la Fundación John Boulton y la Fundación Eugenio Mendoza, 1962.
Revista de Historia. Caracas, octubre de 1962, Nº 13.
BARALT, Rafael M:
Obras Completas, Barcelona, Universidad del Zulia, 1960.
GIL FORTOUL, José:
Historia Constitucional de Venezuela, Caracas, Editorial “Las Novedades”, 1942.
GONZALEZ GUIÑAN, Francisco:
Historia Contemporánea de Venezuela, Madrid, Ediciones de la Presidencia de la Republica de Venezuela, 1954.
Editorial Fuerter:
Historia de la Historiografía Moderna, Buenos Aires, Edit. Nova, 1953.
IRAZABAL, Carlos:
Hacia la Democracia, México, Editorial Morelos, 1939.
USLAR PIETRI, Juan:
Historia de la rebelión popular de 1814, Paris, Ediciones Soberbia, 1954.
FIGUEROA B, Federico:
Ensayos de historia social venezolana, Caracas, Publicaciones de la Dirección de Cultura de la Universidad Central de Venezuela, 1960.
BASTARDO S, José L:
Visión y revisión de Bolívar, Buenos Aires, 1957.
7.- Consideraciones finales (Conclusiones)
Haciendo un balance de los estudios históricos en Venezuela y su desarrollo historiográfico hasta la década de los cincuenta se puede detectar que uno de los problemas que dificultaban (y dificulta) la comprensión de nuestra formación como pueblo y sociedad es la tendencia que había prevalecido entre nuestros historiadores de concentrar lo fundamental y principal de su labor historiográfica en la narración de los hechos heroicos y de belicosidad antes que la evolución de nuestra organización política, social, cultural y económica. Ello ha traído como consecuencia -en una buena parte de los casos, por no decir que en la mayoría- la negación o la exaltación exagerada de todo lo que ocurrió antes del 19 de abril de 1810. De ahí que el sentido de la política de los fundadores de la nacionalidad no se buscó en la primitiva organización colonial, sino que se le atribuyó única y exclusivamente a la influencia de las ideas filosóficas, políti0cas, sociales y económicas del pensamiento francés e inglés del siglo XVIII. En otras palabras, se debe estar consciente del alto grado de ideologización presente en la interpretación del sentido y significado de nuestro pasado colonial, así como de su repercusión en la interpretación e imagen que nuestros historiadores se formaron y han transmitido de nuestro proceso histórico en los siglos XIX y XX.
Así lo señala el autor Briceño Iragorry cuando sostiene que dos tesis, ambas falsas, han pugnado en la explicación e interpretación del proceso de nuestra vida como colonia hispana: una que pondera hasta extremos beatíficos la bondad del conquistador y colono castellano y de sus descendientes criollos y, que por ello, ha recibido peyorativamente el nombre de “Leyenda Dorada”, y otra que sólo ve maldad y mala fe en la acción de los conquistadores y de sus descendientes americanos y que se ha denominado, por contraposición a la primera, con el epíteto de “Leyenda Negra”. La “Leyenda Dorada” tendría su origen en un sistema de ideas que arrancaría del pensamiento de Ginés de Sepúlveda en relación a los derechos de España para conquistar y colonizar el llamado Nuevo Mundo y concluiría en José Domingo Díaz, crítico acervo de la Independencia y de sus hacedores. Mientras que la “Leyenda Negra” tendría dos variantes: una externa, inventada por los enemigos europeos de España (ingleses, franceses y holandeses, celosos de su poder y hegemonía en el siglo XVI); y otra americana, creada por los “padres” fundadores de las nacionalidades americanas, con Simón Bolívar a la cabeza, en parte alimentada por el mismo espíritu de justicia crítica que distingue al español y, en parte, por la propia propaganda antiespañola que los enemigos de la metrópoli hispana propagaron en tierras americanas.
Sin embargo, lo más grave, por sus funestas consecuencias en función de la construcción de una historiografía que de cuenta científicamente del devenir histórico de Venezuela como sociedad y como pueblo es el hecho de que nuestros historiadores -especialmente los del siglo XIX- se hayan hecho de una u otra leyenda, o hayan elaborado interpretaciones calcadas sobre el modelo de una u otra tesis. De ello se dio cuenta Briceño Iragorry, como bien lo revela la siguiente acotación suya.
Hubo entre nosotros un grupo muy distinguido de historiadores que, guiados por un erróneo aunque honesto concepto de la venezolanidad, desdijo la obra de la colonización española e intentaron presentar el periodo hispánico de nuestra vida social como un proceso de extorsión, de salvajismo, de esclavitud y de ignorancia. Creyeron que con tal método agrandaban el contorno creador de los Padres de la Independencia, considerados como centro de gravedad y focos generadores de la vida histórica de la nación. Según ellos, en realidad, la Patria no vendría a ser sino el proceso republicano que arranca en 1810. A la par de estos historiadores, hubo investigadores entre quienes es preciso colocar en sitio primicerio a Ángel Cesar Rivas, a Laureano Vallenilla Lanz y a Pedro Manuel Arcaya que, aplicando la metodología positivista al estudio de las capas históricas de la nación, encontraron una continuidad que arranca de la propia hora de la llegada a nuestro mundo americano de los pobladores hispanos que engendraron nuestras estirpes sociales y dieron carácter y fisonomía a la sociedad nacional. A esta corriente revisionista se sumaron valiosos historiadores contemporáneos, que reconocieron la necesidad de profundizar el estudio de nuestro pasado hispánico para poder conocer la verdad de nuestra vida de comunidad. Se comprendió que los pueblos no se hacen de la noche a la mañana y que el magnífico florecer republicano de 1810 era la culminación de un proceso histórico que venía en lento desarrollo desde muy largos años.
En realidad, la historiografía republicana responde a las exigencias del entorno social en que se forma y despliega. Como bien ha indicado el historiador Germán Carrera Damas:
Es en la historia de nuestros estudios históricos donde podemos hallar la explicación de los hechos de que hemos venido tratando, pero a condición de que esa historia sea entendida como otra cosa que el recuento de historiadores y obras, y aún que el análisis de corrientes y tendencias. Es decir, esos hechos no se explican por el solo quehacer historiográfico, sino principalmente en el contexto social de esos estudios, pues ese contexto constituye a la vez la condición general del historiador y de su obra.
8.- Fuentes Bibliohemerograficas consultadas por el participante para poyar su estudio de la obra.
BURK, Ignacio:
"Filosofía". Caracas, Ediciones Insula, 1985
CARRERA DAMAS, Germán:
“Los Estudios Históricos en Venezuela”. Metodología y estudio de la historia. Caracas, Monte Ávila Editores, 1980
La segunda conferencia (“Aspectos Económicos de la Época de la Independencia Hispanoamericana”) y la tercera (“La Evolución Social en la Época de la Independencia Hispanoamericana”), forman un vasto esquema que será sin duda de gran utilidad para los investigadores.
Entre estas cuestiones merecen destacarse: a) El empleo de la denominación…”agricultura capitalista en gran escala”… para referirse al sector de las grandes haciendas coloniales, que si bien producían para el mercado lo hacían como mano de obra esclava y semiesclava (peones); b) No se toman en consideración, suficientemente, los problemas eolíticos implicados en la libertad de comercio, cuyas repercusiones sobre las incipientes artesanía y manufactura nacidas en la colonia, son examinadas en términos principalmente económicos; c) La aseveración de que: “ En general puede afirmarse que los gobiernos patriotas fueron mas arbitrarios en sus procedimientos fiscales de lo que lo habían sido los gobiernos coloniales”…
Sobre el Estudio de la Historia en la Universidad
Ya es un lugar común el señalar deficiencias en la enseñanza de la historia en los primeros ciclos de la instrucción. Podrían resumirse así: una rudimentaria concepción de la disciplina e inadecuadas técnicas pedagógicas se combinan para hacer una materia muerta, abrumadora por el esfuerzo memorizador que impone y desalentadora por su farragosa inutilidad, que la debería ser elemento formativo básico de la cultura del estudiante.
Se ha querido subsanar esta situación mediante la implantación de la llamada Historia Documental y Crítica. Sin olvidar que en no pocas ocasiones tras denominación tan ambiciosa prosigue la misma enseñanza rutinaria y tediosa que muy poco tiene de documental y menos aun de crítica.
De allí que al ingresar a una escuela universitaria de historia, el estudiante no advierte fácilmente el vinculo que pueda existir entre algunos estudios que en ella se realizan y lo que hasta el momento había tenido por aprendizaje de la historia.
Este es, al parecer, el momento critico en la formación del alumno universitario de historia. Abocado a la necesidad de promoverse a si mismo a un nivel mas alto del aprendizaje, y puesto en contacto con la enseñanza metódica y critica.
Concepción Científica Moderna de los Estudios Históricos
No han faltado voces pedagógicas que, preocupadas por evitarle al estudiante semejante trance, abogan por un prudente acercamiento entre el nivel inicial de la enseñanza universitaria de la historia y el alcanzado en la secundaria.
Por eso la escuela universitaria de historia debe impartir una enseñanza regida por una concepción científica moderna de los estudios históricos.
Antes que saber historia, la finalidad debe ser aprender a estudiar y a investigar historia. De esta manera tanto el docente como el investigador profesional podrán desarrollar su labor con una actitud creadora, propia para liberar la disciplina de los defectos de enseñanza que hemos anotado.
Concebimos, de esta manera, una escuela universitaria de historia estructurada en torno a un núcleo formado por las materias de índole metodológica, técnica y filosófica, encargadas de proveer los instrumentos que el alumno empleara para captar de manera critica y creadora las demás materias.
La meta general de toda esta preparación debería consistir en que los egresados de una escuela universitaria de historia se encuentren debidamente preparados tanto para el ejercicio de la docencia como para tares de investigación, y esto ultimo ya sea de manera complementaria a la docencia, ya sea como especialidad.
La Escuela Universitaria de Historia y el Desarrollo de los Estudios Históricos
El estado de desarrollo de los estudios históricos en Venezuela, apreciado no por la abundancia de las producciones sino por el grado de afinamiento y de depuración alcanzado en la metodología y en la definición de criterios interpretativos, debe ser punto de referencia en la orientación de los estudios históricos a nivel universitario.
Con ello las escuelas universitarias de historia asumirán funciones que han sido desempeñadas de manera fragmentaria y esporádica por autores individuales.
De allí que el desarrollo de los estudios históricos pareciera depender de dos grandes factores: el clima general imperante en esos estudios y el fomento de la investigación científica en historia. Lo que denominaremos clima general imperante en los estudios es, en realidad, el resultado acumulativo de esos estudios. En el encontramos, conviviendo, las reliquias de los mas diversos estilos y concepciones.
La investigación histórica ha de desenvolverse dentro de ese clima, que la condiciona de manera global; de el ha de nutrirse y a el ingresan sus productos.
Importancia de la Diversificación de los Centros de Investigación Histórica
La estrecha vinculación existente entre el clima general de los estudios históricos y el desarrollo de la investigación científica en historia, es quizás la cuestión fundamental en relación con las perspectivas de fomento critico y científico de la ciencia histórica. Constituye el condicionamiento social de tales esfuerzos.
La intima conexión que existe entre los estudios históricos y la conciencia nacional, hace que ante ellos no sean indiferentes el Poder Publico y los diversos núcleos de opinión y corporaciones que participan en la vida del país. Es precisamente el interés del Estado, expresado mediante corporaciones encargadas de manejar el acervo histórico, y gracias de la instrucción publica, lo que ha dado origen a la llamada Historia Oficial.
Se inicia en nuestro país un nuevo tipo de historia, que calificaríamos de privada, y la entendemos sujeta a corporaciones de esa índole: fundaciones y universidades y colegios no nacionales, principalmente.
Esta identificación significa, en el orden metodológico y filosófico, unidad de métodos y de criterios, con el consiguiente fortalecimiento de los mismos.
El docente y el investigador universitario de historia, en régimen de autonomía, puede dar libre curso a su espíritu de búsqueda crítica y de depuración metodológica.
Docencia e Investigación en las Escuelas Universitarias de Historia
La función investigadora del docente esta en permanente ejercicio como recolector y organizador critico de conocimientos habrá de conducirle al hallazgo de dificultades urgidas de investigación, y no es poco lo que esto puede representar como contribución al desarrollo de los estudios históricos.
El deber del docente universitario de historia se polariza mas hacia la investigación científica, si se admite la función de la escuela universitaria de historia, en las circunstancias anotadas, como centro de elaboración y comprobación de conocimientos que al ser impartidos repercutirán en la elevación del nivel de los estudios históricos y en la transformación del ambiente general de esos estudios.
Importancia de la Investigación Histórica en la Universidad
Afortunadamente para las “humanidades”, y entre ellas para los estudios históricos, crece en el ámbito universitario la comprensión de su importancia, y la obra desarrollada para alcanzar un acercamiento cada vez mas estrecho entre “científicos” y “humanistas”, como parte de una concepción unitaria de la cultura y de la universidad.
En resumen, las escuelas universitarias de historia, gracias a las condiciones en que se desenvuelven dentro del régimen autonómico de las universidades nacionales, tienen planteada la tarea de contribuir cada vez más determinantemente a la consolidación y ampliación de un logro de las universidades venezolanas en el campo de los estudios históricos ya que han sido objeto de pleno reconocimiento.
Pero esa transformación decisiva de la concepción de la historia, obliga a las escuelas universitarias de historia a la búsqueda de sistemas y procedimientos que permitan la irradiación de lo que se vaya logrando de ese propósito, hasta los mas elementales peldaños de la enseñanza, con lo cual era posible salvar la dificultad.
4.- Fundamentación Teórica
En esta obra el autor se rige por la corriente de pensamiento del Positivismo, la cual consiste en no admitir como validos científicamente otros conocimientos, sino los que proceden de la experiencia, rechazando, por tanto, toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto. El hecho es la única realidad científica, y la experiencia y la inducción, los métodos exclusivos de la ciencia. Por su lado negativo, el positivismo es negación de todo ideal, de los principios absolutos y necesarios de la razón, es decir, de la metafísica. El positivismo es una mutilación de la inteligencia humana, que hace posible, no sólo, la metafísica, sino la ciencia misma. Esta, sin los principios ideales, queda reducida a una nomenclatura de hechos, y la ciencia es una colección de experiencias, sino la idea general, la ley que interpreta la experiencia y la traspasa. Considerado como sistema religioso, el positivismo es el culto de la humanidad como ser total y simple o singular.
Su fundador o precursor fue Augusto Comte (1798-1857), es la doctrina que reduce lo real a lo experimental. Esta doctrina comprende no solo una teoría de la ciencia sino también y muy especialmente una reforma de la sociedad y una religión.
5.- Ideas sobre la obra que maneja el autor
A través del libro Cuestiones de Historiografía Venezolana se recoge cuatro trabajos que a más de relación temática tienen en común el dar fe a la continuidad de una preocupación activa por los estudios historiográficos venezolanos, convencidos cada vez mas, como resultado de la docencia y de la investigación, de que la vasta e interesante empresa de reorientar y depurar los estudios históricos venezolanos en orden de realzar su carácter científico, requiere un conocimiento critico ajustado a la realidad de esos estudios y la definición y elaboración de un rico instrumental interpretativo y metodológico.
El autor en esta obra pretende presentar sistemáticamente un panorama de los estudios históricos en Venezuela, los enfoca como un producto histórico, en el cual es posible apreciar líneas generales de evolución, susceptibles de indagación critica tendiente a facilitar la comprensión del estado actual de esos estudios, de sus métodos y resultados y, sobre todo, de las urgentes tareas que hoy se plantean los historiadores venezolanos animados de una preocupación científica, y resueltos a contribuir con una mas afinada comprensión del pasado al correcto planteamiento de situaciones presentes que reclaman la consecuencia del historiador con un claro sentido de su función social.
6.- Sustentación documental y bibliograficas de la obra
En esta obra el autor utilizo gran cantidad de material bibliográfico, que sustentan sus ideas fundamentales, algunos de ellos son:
GONZALEZ G, Eloy:
“En la recepción [académica] de F. Jiménez Arraiz”. En la Tribuna y en la Cátedra, Caracas, Tip. Garrido 1955.
BRICEÑO-IRAGORRY, Mario:
“Nuestros estudios históricos”. Introducción y defensa de nuestra historia, Caracas, Tip. Americana, 1952.
DIAZ SANCHEZ, Ramón:
Evolución de la Historiografía venezolana, (Colección Letras Venezolanas Nº 3). Caracas, Ministerio de Educación, 1956.
CARRERA DAMAS, Germán:
Historia de la historiografía Venezolana, Caracas, Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela, 1961.
GRIFFIN C, Charles:
Los temas sociales y económicos en la época de la independencia Caracas, Publicación de la Fundación John Boulton y la Fundación Eugenio Mendoza, 1962.
Revista de Historia. Caracas, octubre de 1962, Nº 13.
BARALT, Rafael M:
Obras Completas, Barcelona, Universidad del Zulia, 1960.
GIL FORTOUL, José:
Historia Constitucional de Venezuela, Caracas, Editorial “Las Novedades”, 1942.
GONZALEZ GUIÑAN, Francisco:
Historia Contemporánea de Venezuela, Madrid, Ediciones de la Presidencia de la Republica de Venezuela, 1954.
Editorial Fuerter:
Historia de la Historiografía Moderna, Buenos Aires, Edit. Nova, 1953.
IRAZABAL, Carlos:
Hacia la Democracia, México, Editorial Morelos, 1939.
USLAR PIETRI, Juan:
Historia de la rebelión popular de 1814, Paris, Ediciones Soberbia, 1954.
FIGUEROA B, Federico:
Ensayos de historia social venezolana, Caracas, Publicaciones de la Dirección de Cultura de la Universidad Central de Venezuela, 1960.
BASTARDO S, José L:
Visión y revisión de Bolívar, Buenos Aires, 1957.
7.- Consideraciones finales (Conclusiones)
Haciendo un balance de los estudios históricos en Venezuela y su desarrollo historiográfico hasta la década de los cincuenta se puede detectar que uno de los problemas que dificultaban (y dificulta) la comprensión de nuestra formación como pueblo y sociedad es la tendencia que había prevalecido entre nuestros historiadores de concentrar lo fundamental y principal de su labor historiográfica en la narración de los hechos heroicos y de belicosidad antes que la evolución de nuestra organización política, social, cultural y económica. Ello ha traído como consecuencia -en una buena parte de los casos, por no decir que en la mayoría- la negación o la exaltación exagerada de todo lo que ocurrió antes del 19 de abril de 1810. De ahí que el sentido de la política de los fundadores de la nacionalidad no se buscó en la primitiva organización colonial, sino que se le atribuyó única y exclusivamente a la influencia de las ideas filosóficas, políti0cas, sociales y económicas del pensamiento francés e inglés del siglo XVIII. En otras palabras, se debe estar consciente del alto grado de ideologización presente en la interpretación del sentido y significado de nuestro pasado colonial, así como de su repercusión en la interpretación e imagen que nuestros historiadores se formaron y han transmitido de nuestro proceso histórico en los siglos XIX y XX.
Así lo señala el autor Briceño Iragorry cuando sostiene que dos tesis, ambas falsas, han pugnado en la explicación e interpretación del proceso de nuestra vida como colonia hispana: una que pondera hasta extremos beatíficos la bondad del conquistador y colono castellano y de sus descendientes criollos y, que por ello, ha recibido peyorativamente el nombre de “Leyenda Dorada”, y otra que sólo ve maldad y mala fe en la acción de los conquistadores y de sus descendientes americanos y que se ha denominado, por contraposición a la primera, con el epíteto de “Leyenda Negra”. La “Leyenda Dorada” tendría su origen en un sistema de ideas que arrancaría del pensamiento de Ginés de Sepúlveda en relación a los derechos de España para conquistar y colonizar el llamado Nuevo Mundo y concluiría en José Domingo Díaz, crítico acervo de la Independencia y de sus hacedores. Mientras que la “Leyenda Negra” tendría dos variantes: una externa, inventada por los enemigos europeos de España (ingleses, franceses y holandeses, celosos de su poder y hegemonía en el siglo XVI); y otra americana, creada por los “padres” fundadores de las nacionalidades americanas, con Simón Bolívar a la cabeza, en parte alimentada por el mismo espíritu de justicia crítica que distingue al español y, en parte, por la propia propaganda antiespañola que los enemigos de la metrópoli hispana propagaron en tierras americanas.
Sin embargo, lo más grave, por sus funestas consecuencias en función de la construcción de una historiografía que de cuenta científicamente del devenir histórico de Venezuela como sociedad y como pueblo es el hecho de que nuestros historiadores -especialmente los del siglo XIX- se hayan hecho de una u otra leyenda, o hayan elaborado interpretaciones calcadas sobre el modelo de una u otra tesis. De ello se dio cuenta Briceño Iragorry, como bien lo revela la siguiente acotación suya.
Hubo entre nosotros un grupo muy distinguido de historiadores que, guiados por un erróneo aunque honesto concepto de la venezolanidad, desdijo la obra de la colonización española e intentaron presentar el periodo hispánico de nuestra vida social como un proceso de extorsión, de salvajismo, de esclavitud y de ignorancia. Creyeron que con tal método agrandaban el contorno creador de los Padres de la Independencia, considerados como centro de gravedad y focos generadores de la vida histórica de la nación. Según ellos, en realidad, la Patria no vendría a ser sino el proceso republicano que arranca en 1810. A la par de estos historiadores, hubo investigadores entre quienes es preciso colocar en sitio primicerio a Ángel Cesar Rivas, a Laureano Vallenilla Lanz y a Pedro Manuel Arcaya que, aplicando la metodología positivista al estudio de las capas históricas de la nación, encontraron una continuidad que arranca de la propia hora de la llegada a nuestro mundo americano de los pobladores hispanos que engendraron nuestras estirpes sociales y dieron carácter y fisonomía a la sociedad nacional. A esta corriente revisionista se sumaron valiosos historiadores contemporáneos, que reconocieron la necesidad de profundizar el estudio de nuestro pasado hispánico para poder conocer la verdad de nuestra vida de comunidad. Se comprendió que los pueblos no se hacen de la noche a la mañana y que el magnífico florecer republicano de 1810 era la culminación de un proceso histórico que venía en lento desarrollo desde muy largos años.
En realidad, la historiografía republicana responde a las exigencias del entorno social en que se forma y despliega. Como bien ha indicado el historiador Germán Carrera Damas:
Es en la historia de nuestros estudios históricos donde podemos hallar la explicación de los hechos de que hemos venido tratando, pero a condición de que esa historia sea entendida como otra cosa que el recuento de historiadores y obras, y aún que el análisis de corrientes y tendencias. Es decir, esos hechos no se explican por el solo quehacer historiográfico, sino principalmente en el contexto social de esos estudios, pues ese contexto constituye a la vez la condición general del historiador y de su obra.
8.- Fuentes Bibliohemerograficas consultadas por el participante para poyar su estudio de la obra.
BURK, Ignacio:
"Filosofía". Caracas, Ediciones Insula, 1985
CARRERA DAMAS, Germán:
“Los Estudios Históricos en Venezuela”. Metodología y estudio de la historia. Caracas, Monte Ávila Editores, 1980
2 comentarios:
Muy interesante este articulo.
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